El camino del emprendedor es duro, pero si se anda de la manera correcta puede dar muchas satisfacciones y un trabajo que genere grandes ingresos. Si crees que podría ser una buena oportunidad para el futuro de tus hijos, nunca está de más educarlos de manera que sus actitudes vayan encaminadas a este sector.
No está de más que mantengas en tus hijos el gusto por lo desconocido, por hacer las cosas de manera diferente. Éstos son los ingredientes principales para la creatividad. Enséñales, por tanto, maneras constructivas de desafiar el statu quo. Muéstrales cómo desafiar las normas de forma constructiva. Las visiones estereotipadas bloquean al visionario.
De este modo, desarrolla modelos de resolución de problemas que preparen a tus niños para encontrar ideas de negocio en la vida cotidiana. No impidas que tus hijos tomen decisiones. Las pequeñas decisiones de hoy les ayudarán a tomar las decisivas y grandes de mañana.
Tal y como nos dicen desde Expansión, enséñales a “aprender haciendo” y a construir nuevas oportunidades. Les servirá para darse cuenta, en su momento, de que con demasiada frecuencia las grandes corporaciones están atadas por políticas, procesos y planes.
Inculca en ellos la necesidad de intentar cualquier clase de proyecto, de que no teman fallar, de que aprendan de sus errores y, por supuesto, de que lo vuelvan a intentar. Es importante que tengas en cuenta que el trabajo de tus hijos cuando sean emprendedores será asumir riesgos, a pesar de que no tengan demasiadas garantías ni una promesa segura de cuánto dinero van a ganar.
Haz que sus hijos lean. Proporciónales toda la información posible acerca de los sectores, industrias, tendencias, negocios, productos o consejos que tienen que ver con su pasión. Por otro lado, motívales para que exploren la opción de contactar con profesores que puedan actuar como mentores. Haz todo lo posible por rodear a sus vástagos de verdadera diversidad intelectual.