Para liderar una empresa, una organización o un grupo de trabajo, no sólo es necesario tener las competencias adecuadas, sino sobre todo, la motivación necesaria. La formación, el carisma o el carácter del líder son importantes, pero también lo es el momento emocional en el que se encuentra, su «alegría» a la hora de dirigir grupos humanos.
Desde Mindtools.com rescatamos un test que te puede ayudar a determinar si tienes la motivación necesaria para liderar. Cada pregunta que mostramos a continuación podemos valorarla de una escala del 1 al 5: 1 estoy poco de acuerdo y 5 estoy muy de acuerdo.
Una vez hayamos contestado todas las preguntas sumaremos los puntos obtenidos y podremos consultar los resultados y los pasos que podríamos dar a continuación.
Resultados
De 14 a 27 puntos: Liderar no es lo tuyo. Ni te gusta ni motiva.
De 28 a 55 puntos: Tienes cierta inclinación hacia el liderazgo, te motiva dirigir a los demás, pero no te acabas de comprometer con muchas de las responsabilidades que se supone que debe de asumir un buen líder.
Más de 60 puntos: Tienes una fuerte predisposición para liderar tu equipo de trabajo, tu empresa o tu organización. Tienes un liderazgo natural que deberías aprovechar, porque además disfrutas haciéndolo.
¿Cuál es el siguiente paso?
Dependiendo de tu situación personal, estos resultados deberían marcar los siguientes pasos a seguir. Si has obtenido más de 50 puntos y ya eres un líder, estás en la mejor situación posible y no hay nada que de momento debas cambiar. Si has obtenido la máxima puntuación pero todavía no lo eres, ha llegado el momento de descubrir cómo puedes progresar en tu carrera profesional porque está claro que hay algo que quieres hacer, pero de momento no puedes.
En el lado contrario si tu puntuación es baja pero estabas pensando asumir este tiop de papel, quizás deberías reconsiderar tu situación ya que estar motivado, es vital para poder triunfar en este ámbito. Finalmente si ya eres un líder pero has perdido el entusiasmo, tal vez puedas considerar cómo recobrar la chispa que has perdido o bien dar paso a alguien que pueda asumir un papel que hace tiempo que ha dejado de gustarte.