Sabemos que es complicado elegir a una persona que te acompañe en el incierto camino del emprendimiento. Tanto para lo bueno como para lo malo, la elección de esa persona o personas será vital para la buena marcha de tu negocio. Un consejo: Lo mejor es no dejarse llevar por el furor del momento y pensar fríamente qué tenemos que valorar para unir definitivamente esos lazos empresariales.
Francisco Monteverde, CEO de Códice Software, señala dos factores que pueden fortalecer y dividir una buena alianza entre dos socios: «Su capacidad financiera y el conocimiento del negocio. Si se dan las dos variables el tándem es perfecto». Por su parte, Para Javier Arcos, responsable de la preincubadora de empresas del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid, «el mejor socio es el que no se tiene, el que no es necesario».
Otro de sus consejos es que «comparta las mismas expectativas, se implique a partes iguales y que la relación se base en la confianza. Cuidado con la falta de ética que, en el caso de patentes, puede dar al traste con el futuro de la compañía».
Sí, una alianza es igual que una relación sentimental, hay discusiones, diferentes puntos de vista, pero si se persigue un objetivo común puede acabar mereciendo la pena. Es por eso, que hay que andar con mucho cuidado a la hora de escoger a un socio, apuntar estos consejos que nos ayudarán en la labor será muy útil:
- Tres son multitud. El número ideal es dos. Si hay demasiadas personas implicadas en la toma de decisiones, se puede frenar el desarrollo de la empresa.
- Siempre alerta. Potenciar tu ‘networking’ te permitirá descubrir candidatos muy válidos que enriquecerán tu sociedad.
- Deja a un lado las emociones. Analiza de forma objetiva si esa persona es válida. Conócela antes de firmar un acuerdo.
- Establece las expectativas desde el principio: qué derechos y deberes tiene cada uno con la compañía, y sella las condiciones en un contrato sin fisuras.
- El fracaso no existe. Si la sociedad se rompe no desesperes. Identifica cuál es la causa que ha provocado la ruptura y busca un nuevo socio que realmente te ayude a sacar adelante tu negocio.
- Evita asociarte con amigos o familiares. La creación de una empresa es un proceso tan exigente y duro que en la mayor parte de los casos acaba destruyendo los vínculos afectivos. Se produce entonces una doble tragedia: la empresa no sale adelante y las relaciones personales desaparecen. En el caso de una sociedad en pareja, el riesgo es todavía mayor.
- Define el reparto de las tareas y de los beneficios desde el principio. Es frecuente que se produzcan grandes desacuerdos en las empresas de nueva creación por no haber definido desde el principio quien asume el liderazgo. E reparto de las funciones y también el reparto de los resultados es vital desde el inicio de la relación empresarial.