Los empresarios no sólo no están contentos con las políticas que ha puesto en marcha hasta ahora el Gobierno, sino que en palabras de Mónica de Oriol, presidenta del «Círculo de Empresarios», se encuentran «totalmente decepcionados» con las medidas que se han tomado hasta ahora, ya que consideran que se «quedan a medio camino» de lo que debe hacerse para salir de la crisis.
En una entrevista con la revista Capital, la presidenta del Círculo sostiene que el Gobierno socialista fue la «inacción absoluta» y que los empresarios, con la llegada de Rajoy a la Presidencia del Gobierno, esperaban que se «cogiera el toro por los cuernos».
«Pero no ha sido así. Cierto que ha hecho un par de reformas muy importantes, como la educación y el mercado laboral, pero se ha quedado a medio camino. Va en la buena dirección, pero sin la intensidad que debiera. Y la pregunta que no se hace es a qué velocidad tenemos que ir para evitar el desastre total», dice.
De Oriol subraya que no se puede estar diariamente culpando de la situación económica a otros países, a los especuladores, a las ventas a corto y a todo tipo de cosas. «Si tienes un problema, ponle nombre y luego acción. Pero estamos escasísimos de acción», denuncia.
La presidenta del Círculo de Empresarios cree que España no está recibiendo la medicina adecuada para solucionar sus problemas, especialmente el más gordo, el estrangulamiento financiero, que está ahogando sobre todo al sector privado.
De Oriol se queja en esta entrevista de que los empresarios no están siendo escuchados por el Gobierno del PP. «Hemos escrito a Presidencia, a Vicepresidencia y a todos los ministros económicos y sólo nos ha recibido el ministro de Economía (Luis de Guindos) y el de Educación (José Ignacio Wert). Los demás, o no han contestado o nos han dicho que su agenda está muy ocupada (…) Ni nos escuchan ni nos hacen el suficiente caso», denuncia.
La presidenta del Círculo prevé que se siga destruyendo empleo y, cuando éste empiece a crearse, augura que habrá «muchísima» movilidad laboral. «El mito de un trabajo para toda la vida es malo, va en contra de la productividad. Y aunque fuera bueno, ya no es posible», añade.