Un gran salto. Una nueva forma de trabajar. Un sistema operativo revolucionario. Un nuevo Windows Vista. Son algunas de las afirmaciones que estos días podemos leer en la Red cuando buscamos información sobre Windows 8. Hay críticas positivas y las hay muy negativas pero desde luego, no deja indiferente a nadie.
Nosotros en MuyPymes no vamos a analizar las características de lo nuevo de Microsoft, sino que queremos analizar lo que representa precisamente para las pymes. ¿Merece la pena actualizarse? ¿Va a cambiar la forma en la que han trabajado hasta ahora? Los trabajadores ¿Van a ser más productivos? o por el contrario...¿Es un paso atrás?
El desafío «Modern UI»
Queramos o no, cuando iniciamos Windows 8 nos encontramos ante Modern UI (la «antigua» interfaz Metro) que es común tanto en portátiles y equipos de sobremesa como en tablets y smartphones. Es verdad que tras esta interfaz podemos acceder de una forma sencilla al llamado «escritorio clásico», pero dado que precisamente Modern UI es la principal novedad de Windows 8, vamos a analizar lo que puede ser una nueva forma de trabajar.
Lo primero que seguramente llame la atención del trabajador es que con Modern UI desaparecen las ventanas. Todas las aplicaciones se ejecutan a pantalla completa. Esto por un lado puede ser una ventaja cuando el trabajador necesite concentrarse en una tarea en particular, pero también resulta bastante incómodo cuando se entra en un escenario multitarea.
Es verdad que Modern UI permite que compartamos la ventana principal con una aplicación «secundaria», pero aún así no nos parece que sea una solución tan versátil como la que ofrecía Windows 7, que nos permitía acumular tantas ventanas como quisiéramos. También es cierto que gracias a la nueva barra de tareas y si conocemos algunos atajos de teclado, el cambio entre aplicaciones es muy sencillo pero también lo es que requiere adaptarse a una nueva forma de trabajar.
Otra de las características de las aplicaciones «Modern UI» es su extrema sencillez. Desaparecen los menús con decenas de opciones y se busca que al igual que en las tablets, todo sea mucho más intuitivo, casi que dan ganas de tocarlo con los dedos incluso cuando no podamos hacerlo en la pantalla de nuestro PC. Por supuesto esto tiene sus puntos positivos, pero también algunas pegas.
El ejemplo más claro, tal vez por ser una de las primeras que hacen su aparición en Windows Store es Evernote. Su aplicación para Windows Desktop es excelente, tiene todo lo que necesitamos para organizar nuestras notas personales y se trata de una aplicación madura que evoluciona añadiendo nuevas características apreciadas por los usuarios.
En cambio su versión para Windows 8, es sobre todo una adaptación de las aplicación que ya existía para Windows Phone 7. Una interfaz muy sencilla, mu y elegante, pero que se nota desde el primer momento que está pensada para utilizarse con los dedos. Es una aplicación que desde luego va a funcionar muy bien en un tablet, pero que se queda corta cuando se enfrenta al escritorio tradicional.
Este es en nuestra opinión uno de los principales problemas de Windows 8: Windows Store no diferencia entre las aplicaciones diseñadas para un tablet y entre las que están diseñadas para un PC, porque básicamente son las mismas (no ocurre así en Apple que tiene una tienda de aplicaciones diferente para iOS y para Mac OS X). Esto provoca lo ya comentado con anterioridad, es decir: existen muchas apps que no acaban de tener sentido en un escritorio tradicional.
Correo, Calendario y Contactos
Windows 8 ofrece por defecto tres aplicaciones pensadas para mejorar nuestra productividad: Correo, Calendario y Contactos. En realidad lo que aquí ha hecho Microsoft es dividir Outlook en tres aplicaciones separadas, dotándolas de la interfaz Modern UI y simplificándolas al máximo para que el usuario no corporativo pueda utilizarlas desde el primer momento sin problemas.
No nos engañemos. Las aplicaciones que nos ofrece por defecto Windows 8 no son tan potentes como las que podemos encontrar en Outlook y desde luego los usuarios corporativos van a necesitar seguir utilizando su gestor de correo favorito, pero esto no quiere decir que no tengan algunas opciones interesantes.
En primer lugar destacan porque son tremendamente sencillas de configurar. Si tenemos una cuenta en Google por ejemplo, con introducir nuestro usuario y contraseña sincronizaremos en pocos segundos nuestros buzones de correo, nuestra lista de contactos y los eventos que hayamos introducido en nuestro calendario.
Son además aplicaciones que se comunican bien entre ellas. Al recibir un mail por ejemplo, si pulsamos sobre el remitente podremos responder al mensaje, llamarle por teléfono, buscar su dirección en Bing Maps o ver el perfil que mantiene esa persona en las distintas redes sociales. De la misma forma desde contactos podremos escribir sobre el muro de Facebook de una persona, escribirle un mail, fijar una cita en el calendario, etc.
Pero lo bueno es que a medida que probamos nuevas aplicaciones «Modern UI» esta integración crece, ya que si por ejemplo instalamos Skype, podremos iniciar una videoconferencia desde cualquiera de estas aplicaciones y si tenemos SkyDrive podremos guardar cualquier archivos adjunto en nuestra cuenta en la nube.
En el lado del «debe» llama poderosamente la atención que la aplicación de «Correo» carezca de características básicas como el poder realizar filtros, utilizar etiquetas o hacer el seguimiento de un correo en particular.
En el caso del Calendario, sus opciones son mucho más limitadas ya que aunque es cierto que tiene soporte multi-calendario, desde la aplicación no podremos crear nuevos. Tampoco podremos programar reuniones ni invitar a nadie a ningún evento. Es es nuestra opinión la aplicación más floja de las tres.
En cuanto a «Contactos» nos ha gustado la integración que hace con las distintas redes sociales, y el poder acceder a sus «cambios de estado». Sin embargo echamos de menos la integración con las tareas, que de momento se han dejado fuera del sistema operativo.
Integración con SkyDrive
Uno de los mayores esfuerzos que ha hecho Microsoft en Windows 8 es integrar SkyDrive como parte fundamental del sistema operativo. En este sentido, Windows 8 casi borra las barreras existentes entre el disco duro de nuestro PC y «la nube».
Resulta tremendamente sencillo poder guardar todos nuestros documentos, imágenes y vídeos en Skydrive, independientemente de la aplicación que estemos utilizando en ese momento para después poder acceder desde otro ordenador, un tablet o cualquier teléfono.
La interfaz está mucho más cuidada que en su versión para la web y casi podemos decir que por primera vez, SkyDrive se pone a la altura de sus competidores más directos: Google Drive y Dropbox.
A esto queremos añadir la perfecta integración de Skype en todo el sistema operativo, permaneciendo siempre en segundo plano y permitiendo crear un auténtico centro de comunicaciones. También resultan interesantes las notificaciones que recibimos por parte de las «Tiles» de algunas aplicaciones, pero en este caso somos de la opinión que en un sistema operativo de escritorio tiene más sentido un centro unificado de notificaciones.
¿Es por lo tanto Windows 8 bueno para nuestra productividad? En nuestra opinión, aunque tiene algunas aristas que pulir, Windows 8 puede convertirse en un escritorio realmente productivo si aprendemos a utilizarlo. Y decimos esto porque la curva de aprendizaje que requiere al principio puede asustar a algunos perfiles de usuarios, pero estamos seguros que con la práctica dejará de ser un problema.
Por supuesto quien no quiera utilizar «Metro UI» puede volver al escritorio tradicional y en ese caso a lo único que tendrá que enfrentarse como principal obstáculo será a la desaparición del botón Inicio.