Has montado un nuevo negocio, o simplemente quieres contratar a un nuevo equipo de trabajo, pero no sabes como elegir a los mejores para que tu empresa no se vea resentida con tu decisión. Está claro que escoger un perfil de entre tantos candidatos no es tarea fácil, sobre todo teniendo en cuenta que tu decisión va a suponer que tus metas se cumplan o no.
Un lema a tener en cuenta es «contrata despacio y despide deprisa». Lo que has de evitar por todos los medios, es que tu falta de previsión provoque escasez de personal cualificado, porque tu start up no puede quedar a merced de ritmos asfixiantes y empleados en estado de tensión permanente.
Una vez te hayas puesto manos a la obra y hayas estudiado los perfiles de los candidatos y posibles futuros empleados, sería interesante que tengas en cuenta los siguientes consejos para evitar por todos los medios a empleados tóxicos. El primero de los compañeros de viaje no deseados es el apático, aquél que ni siente ni padece, a quien no le importa nada. Si entra en tu empresa va a contagiar al resto de empleados y puede que les deje, incluso, sin energía. Intenta rodearte de colaboradores que tengan planes ambiciosos y que persigan grandes objetivos.
Tampoco te conviene el extremo que suponen aquellos que dedican muchas horas, pero no llegan, ni obtienen resultados. Son empleados sinceros, pero totalmente incapaces de realizar el trabajo que les ha sido encomendado y que resulta necesario para que la compañía funcione. Este tipo de empleados nunca merece tu desprecio, pero sí que les plantees abiertamente su situación y que tomes medidas inmediatamente.
En esta misma línea están aquellos que también trabajan duramente, con gran dedicación, pero son incapaces de integrarse en la cultura de la compañía. Otra de las conductas más irritantes es la vagancia. Se trata de empleados que, simplemente, no están. Nunca se encuentran cerca de la acción y menos aún de la decisión. Su habilidad está en hacer lo justo para que nadie pueda recriminarles, pero aportan el mínimo necesario.
En las empresas «tradicionales», este tipo de empleados sobrevive una y otra vez a los ajustes de plantilla y a los recortes, porque son verdaderos maestros en el arte de encontrar protección y justificación en jefes mediocres que no saben lo que pasa en su propia organización. Como emprendedor responsable de tu nueva compañía debes evitar todo esto.
Ten cuidado con el perfil egocéntrico y si lo has contratado, párale los pies lo más rápido que puedas. Este tipo de empleado nunca tiene en cuenta a los demás. Tampoco te conviene lidiar con aquellos que todo lo saben. No es bueno prestarles demasiada atención y tampoco alabar su fingida sabiduría.
Otra especie laboral que prospera en los ambientes corporativos es el chivato. desconfía de aquellos trabajadores que llegan acusando a sus compañeros a la primera de cambio por algún error que hayan cometido. Junto con los creadores de rumores, se encuentran entre los peores compañeros de viaje para tu negocio.
Los ladrones de tiempo son otro miembro abyecto de la fauna profesional, y resultan especialmente molestos en una start up, ya que esta maneja plazos muy estrictos, con una mentalidad que hace hincapié en la acción y en el impacto. Intenta evitar también al agobiado que no maneja el tiempo ni maneja su propio estrés, porque es un virus que puede contagiar su pésimo estado de ánimo al resto de la compañía.