Si nos tomamos la molestia de analizar las estadísticas de nuestra web corporativa, descubriremos un apartado normalmente denominado «Visit Lenght» o «Duración de la visita» que mide el tiempo que nuestros usuarios permanecen en la web.
Uno de los parámetros que se analizan en este apartado es el porcentaje de usuarios que permanece en nuestro sitio menos de cinco segundos. Un porcentaje del 50-60% es más o menos habitual ya que corresponde en parte a todos esos usuarios que han llegado a nuestro site «por error» es decir: buscaban una cosa y han encontrado una muy diferente.
Para que os hagáis una idea si analizamos las últimas visitas recibidas en MuyPymes.com descubrimos que muchos de nuestros visitantes han llegado introduciendo en Google lindezas como: «serial windows professional 6.5», «imágenes cataluña» o «se puede empeñar un coche con reserva de dominio».
Sin embargo si este porcentaje es mucho más alto 80% 0 90% está claro que hay algo en nuestra web que falla. Más veces de las que querríamos no es la información que proporcionamos la que está mal sino el cómo la presentamos. Veamos algunos de los errores que más pueden irritan a nuestros usuarios.
Paleta cromática infame
No vamos a extendernos aquí sobre el uso del color corporativo. En «Cómo elegir los colores adecuados para tu imagen corporativa» o «Vende más utilizando el color de forma inteligente» hablamos de cómo utilizar el color y la importancia que tiene en todos nuestros materiales de marketing.
Lo mismo vale para nuestra web. Una paleta de colores errónea causa un rechazo inmediato. Tanto que puede ocasionar que el usuario salga de la web antes si quiera de ser consciente del mensaje que se le está presentando, o la empresa que se lo está proporcionado.
Un esquema de colores errático resulta mucho más agresivo cuando además se utilizan colores chillones, especialmente naranjas y rojos. Si a esto le añadimos además grandes tipografías, sombreados y textos que parpadean entonces el efecto está conseguido: ahuyentaremos a nuestro visitante en el segundo 2.
Anuncios demasiado intrusivos
Nuestra página web corporativa es uno de los pilares de nuestra estrategia de marketing. Es por supuesto un espacio para darnos a conocer, para mostrar qué hacemos, cómo lo hacemos y para quién los hacemos. Puede ser también un espacio de venta, en el que nuestros clientes puedan encargarnos lo que necesitan.
Lo que no es, o al menos debería ser, es un espacio en el que flotan pop-ups e intersitials que nos animan continuamente a consultar nuestras últimas ofertas. No es un espacio repleto de botones «Compra ya» y por supuesto tampoco es un espacio en el que dar cabida a otros anunciantes externos.
Música
La infame década de los 90 pasó y afortunadamente la música ha desaparecido de las páginas web corporativas. No obstante, atrapadas en el pasado sobreviven miles de páginas de pequeñas empresas que siguen pensando que ofrecer un «momento musical» a sus visitas, es signo de buen gusto y distinción. No lo es.
En este mismo apartado podemos incluir a todas esas páginas que siguen manteniendo esa reliquia llamada «intro en flash» que obliga a los visitante a tragarse 20 segundos de una presentación, en el peor de los casos, animada. Como podrán deducir fácilmente, la combinación música + intro en flash es sencillamente devastadora.
Ortografía y gramática
Los colores más dañinos a la vista palidecen a la hora de compararlos con los errores ortográficos y gramaticales. Es verdad que los primeros nos hacen huir tan rápido como hemos entrado, pero en el caso de los segundos el efecto es más dañino: crean desconfianza.
¿Cómo podemos fiarnos de una empresa que no se ha tomado la molestia de revisar a conciencia los textos que ha colgado en su web? Si es tan descuidada en algo tan importante, ¿Cómo será en el resto de aspectos? ¿De verdad vamos a proporcionarle el número de nuestra tarjeta de crédito?
Usabilidad y navegación
Un diseño en principio bonito, puede esconder en realidad una usabilidad nefasta. Como si tras las paredes de un gran palacio se encontrase un intrincado laberinto del que resulta muy difícil salir, o en el que la orientación es realmente complicada.
Así pueden sentirse muchos usuarios que visiten una web, en la que no se han tenido en cuenta ninguno de los principios básicos de esta materia. Desde luego entraran en nuestro sitio la primera vez, pero a menos que no estén obligados a hacerlo, ya no volverán.