2013 tampoco será un buen año para los funcionarios. Aunque los presupuestos todavía no son oficiales, ya se conoce que la intención del Ejecutivo es la de mantener congelados los salarios de los trabajadores públicos. Como en 2012, en 2013 se volverá a paralizar la convocatoria de oposiciones por lo que la tasa de reposición de empleados públicos tenderá a 0, llegando a un máximo del 10% en ciertos colectivos como el médico.
En línea con lo anterior, tampoco hay previsiones de que se contrate personal temporal o interinos y se prevé suprimir prestaciones sociales para los mutualistas de Muface: pensiones de viudedad anteriores a 1984 de clases pasivas o la retirada de complementos a mínimos en la pensión al personal del servicio exterior, a los que además no se les pagará el viaje que hasta ahora se les costeaba para pasar la Navidad en España.
Según cálculos de los sindicatos, estos nuevos recortes, sumados a la puerta que la reforma laboral abre a los despidos en las administraciones, podrían derivar en la pérdida de hasta medio millón de empleos en el sector público, que se sumarían a los casi 200.00 empleos que se han perdido en el último año, sin contar las no contrataciones.
El presidente de CSI-F, Miguel Borra, se ha quejado de que «nuevamente volvemos a perder poder adquisitivo y volvemos a ser paganos de la crisis». El responsable de la federación de la Función Pública, Enrique Fossoul, apostilla que «hay un intento muy claro del Gobierno de rendir cuentas a la patronal, que es quien le dicta la política para privatizar servicios públicos».
La única noticia positiva es la promesa de restablecer la paga extra de Navidad en 2013. Una promesa que en cualquier caso no se hace en firme y que dependerá de la evolución de la economía española durante los próximos meses.