Algunos expertos opinan que en el futuro podremos elegir a nuestros jefes, pero mientras llega ese momento no queda otro remedio que aceptar lo que se impone. Según un reciente estudio de Randstad, tres de cada cuatro españoles quieren jefes que les ayuden a desarrollarse profesionalmente, pero no siempre se cumple esta máxima y hay superiores con los que no nos gustaría volver a cruzarnos en nuestra vida.
Los jefes a la antigua usanza ya no se llevan. Ahora los españoles queremos jefes que nos motiven y que sean capaces de sacar lo mejor de nosotros mismos. Hasta tal punto es importante el liderazgo que ejerza esta persona clave en nuestro día a día, que los expertos establecen que las personas no se van de las empresas, sino de sus jefes.
Si se acaba de ir el tuyo y llega uno nuevo, es importante que tengas en cuenta estos consejos para empezar con buen pie:
- La primera impresión es la que más cuenta: Aunque siempre hay tiempo de corregir las malas impresiones, es importante tener en cuenta, que cuando un jefe nuevo llega a la oficina busca alguien en quien confiar, que le permita estar conectado con el resto de los trabajadores. Si se siente traicionado de inicio, es difícil que vuelva a confiar en ti.
- Según las encuestas, los españoles queremos jefes que influyan, no que manden. Puede que tengas la suerte de tener a partir de ahora uno de ellos, pero tienes que aprender a trabajar con él. Este tipo de superiores no te dirá lo que debes hacer, te dejará tomar tus propias decisiones y sólo intentará guiarte para que tomes las correctas.
- Él intentará ser un miembro más del equipo y tu debes facilitárselo. No es fácil, sobre todo si te llevabas bien con el anterior y éste tenía buena relación con su equipo, pero deberás hacer un esfuerzo por lograrlo. Con ello, también mejorará el trabajo de todos.
- No le exijas al nuevo jefe que se adapte a la situación, si no estás dispuesto a hacerlo también. Ambos tendréis que hacer un esfuerzo por ayudaros mutuamente y por llegar a un punto de encuentro. Puede que al anterior jefe ya le hubieras cogido el tranquillo, pero ahora tendrás que hacer un esfuerzo por aprender los métodos del nuevo. No pierdas la paciencia. Todas las piezas tardan en engrasar, pero no es imposible que terminen haciéndolo.
- Cuando llega un nuevo jefe a la oficina el ambiente se enrarece. Ten cuidado y no entres en el juego de aquellos que quieren destruir al recién llegado sin saber cómo es éste.