A diario nos enfrentamos a una bandeja de entrada con cientos de correos electrónicos. De estos, algunos requerirán una respuesta inmediata ya que provienen de un socio, cliente molesto o simplemente de un compañero. Pero, ¿cuánto tiempo nos roban estas respuesta? Seguramente más del necesario aunque sepamos cómo gestionarlo.
Aunque la cordialidad es una virtud que debemos emplear en los negocios, quizás los correos electrónicos deben decantarse por otros opciones para ser realmente eficaces. Al menos esto es lo que Jordan Crook en un artículo de Tech Crunch. El periodista aboga por e-mails cortos y directos para mejorar nuestra productividad en el trabajo.
Pasar de ser cordiales con saludos iniciales y despedidas excesivas, a correos que vayan directos al asunto a tratar y dejen las cortesías para otros momentos. Esa es la idea. De hecho, el redactor asegura que incluso se podría reemplazar el correo por los 140 caracteres de Twitter para realmente ser concisos.
De esta forma, se plantea que en vez de escribir e-mails de este tipo:
«Querido Pedro,
¿Qué tal? Espero que todo bien. Me comunico para comentarle que ya me ha llegado el pedido encargado. Todo ha llegado perfectamente y nuestros clientes están muy contentos con la entrega.
Espero que podamos seguir haciendo negocios juntos en futuras ocasiones y convertirnos en un proveedor habitual.
Muchas gracias por todo.
Se despide
Empresa S.A.»
Se pase a este tipo de correo electrónico:
«Querido Pedro,
El pedido ha llegado perfecto. Gracias por todo. Esperamos seguir trabajando juntos.
Empresa S.A.»
Si nos damos cuenta, el mensaje es el mismo. Sin embargo, al reducir el tiempo de escritura y lectura, se reducirá el tiempo empleado para leer y escribir e-mails por ambas partes. Así podremos mejorar la productividad y emplear ese minutos ganados a la empresa.
¿Qué os parece la idea? ¿La pondrías en práctica?