Según las cifras difundidas por la Oficina Federal de Estadística, la tasa de paro juvenil se situó en junio en el 7,9% en Alemania, lo que sugiere que, independientemente de si estudian o no, los jóvenes alemanes trabajan muy por encima de la media europea.
Los datos preliminares de julio señalan que ese porcentaje puede haber descendido aún más en julio (hay previsiones que apuntan hasta el 6,8%), de lo que se deduce que, si tienes menos de 25 años y vives en Alemania, trabajas seguro.
El caso en España es justamente el contrario, y así, el paro juvenil aumenta a razón de cinco décimas al mes. No es de extrañar, por tanto, que se esté produciendo un trasvase de jóvenes españoles al centro de Europa en busca de oportunidades laborales. Según la Oficina Federal de Empleo, en el último año el número de trabajadores españoles en Alemania ha crecido un 11,5%.
La ministra alemana de Educación, Annette Schavan, anunció el mes pasado durante un encuentro con el ministro español, José Ignacio Wert, en Stuttgart, que Alemania desea recibir a jóvenes españoles desempleados para cubrir plazas vacantes de aprendiz y enriquecer su mercado laboral, que adolece de la escasez de especialistas.
Por su parte, los jóvenes alemanes pasan por una media de 14,7 empresas en el tiempo que transcurre entre sus 15 y sus 25 años y disfrutan de contratos que en España reciben a menudo la denominación de precarios por su temporalidad.