El 97% de las empresas que entran en un concurso de acreedores, no consiguen superar con éxito el proceso y entran en fase de liquidación y cierre. Según Diagonal Corporate Finance, esto se produce porque durante el proceso, los activos sufren una devaluación paulatina de entre el 20% y el 50% debido principalmente la inactividad y a la pérdida de credibilidad.
Según la firma, esta devaluación acelerada de los activos es «preocupante», puesto que, según los datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el primer trimestre de 2012 el número de deudores concursados ha aumentado un 21,5% respecto al mismo periodo del 2011.
Para evitar entrar en este proceso, el estudio concluye que existen caminos alternativos para las compañías que se están planteando ir a concurso de acreedores como la búsqueda de capital, la venta de algún activo o de alguna unidad de negocio o incluso la venta de la empresa.
El socio de DCF, Jose María Torrens, explicó que «los empresarios deberían anticiparse cuando se detectan problemas financieros y tienen que reaccionar rápido, así como plantearse la búsqueda de capital (si el endeudamiento es alto), la venta de activos o de la propia compañía».
Entre las alternativas se encuentran las refinanciaciones bancarias, pero «cada vez más difíciles, teniendo en cuenta la situación de la banca», señaló Torrens, quien añadió que el concurso de acreedores debe ser la «última solución, porque los precios son de derribo»