El Gobierno cree que el programa de estabilidad que este lunes envió a Bruselas inducirá una significativa contención de los costes laborales y facilitará así ganancias de competitividad. Esto se traduce en una prolongada pérdida de poder adquisitivo para el trabajador, como mínimo, hasta 2015.
El Gobierno recalca que uno de los objetivos de la reforma laboral, es lograr «una mayor flexibilidad a la baja de la remuneración salarial por trabajador». Y reitera su argumentación de que uno de los problemas del trabajo en España es que cuando llega una crisis como la actual, el ajuste se hace mediante un aumento del paro ante la supuesta dificultad para hacer bajar los salarios.
La aplicación de la reforma laboral, sostiene el Ejecutivo, llevará a un mínimo crecimiento de la remuneración por trabajador en 2012 (0,2%, la cuarta parte que en 2011) aún en un contexto de notable destrucción de empleo. En 2013 se prevé incluso un retroceso (-0,4%) y los dos años siguientes, de nuevo, avances mínimos (por debajo del 0,3%).