Vender, vender, vender. Es la máxima de la mayoría de las empresas en una época en la que cada venta cuesta sangre, sudor y lágrimas. Precisamente, desde el inicio de la crisis unos 60.000 nuevos comerciales se han incorporado al mercado de trabajo, especialmente a las empresas que se mueven en el sector de venta directa.
De hecho la Asociación de Empresas de Venta Directa (AVD) informó ayer que han pasado de tener una fuerza de trabajo de 150.000 vendedores en 2007 a rozar los 210.000 a finales del año pasado, un 40% más.
La asociación (que incorpora firmas como Avon, Círculo de Lectores o Herbalife) destaca además que en el último ejercicio ha crecido un 59% el número de distribuidores que se dedican a este sector a tiempo total y un 13,8% el número de hombres comerciales, en una actividad tradicionalmente femenina.
Su presidente, Carlos Barroso, explicó que las empresas de venta directa tienen en el mercado español «mucho recorrido», dado que el gasto por habitante es muy inferior al de otros países europeos como Francia (30 euros), Alemania (33 euros) o Italia (40 euros), así como a mercados más maduros como Estados Unidos (70 euros) o Japón (120 euros).