Comprar o hacernos con el control de una empresa que ya existe puede ayudarnos a ahorrar dinero y tiempo ante la perspectiva de ampliar nuestro negocio.
Sin embargo, y aunque es evidente que sus ventajas son muchas, comprar un nuevo negocio (por pequeño que sea) es una decisión que no sólo va a cambiar nuestra carrera, sino que puede cambiar nuestra vida. Por este motivo, antes de dar el paso y lanzarnos a la compra de nuestro nuevo y flamante negocio, quizás deberíamos considerar lo siguiente:
Qué es lo que queremos
Comprar una empresa es, salvando las distancias, como tener un hijo: va a afectar a cada uno de los aspectos de tu vida y por lo tanto, tenemos estar seguros de querer llegar a ese nivel de compromiso.
Antes de comprar cualquier «ganga», debemos asegurarnos de que eso es realmente lo que queremos, porque nos vamos a sentir lo suficientemente cómodos como para dedicarle la mayor parte de nuestros días. Así que antes de comprar, más vale que nos preguntemos todas las veces que sea necesario hacerlo si realmente estamos preparados.
Negociar y valorar
Si alguna vez hemos comprado un coche o una casa, ya sabremos lo importante que es ser un buen negociar para conseguir una buena rebaja en el precio inicial de compra.
No siempre resulta sencillo determinar el valor real de una empresa, pero afortunadamente, firmas de valoración de empresas como por ejemplo evalora.com, pueden ayudarnos a realizar una primera aproximación.
Si solo necesitamos una valoración aproximada para a partir de ahí comenzar a negociar, este tipo de servicios pueden resultar bastante económicos ya que por menos de cien euros podemos obtener una primera estimación. Ahora si lo que queremos es una valoración exacta, deberemos invertir más de 1.000 euros lo cual puede seguir siendo conveniente dependiendo del tipo de negocio, su tamaño, beneficios, etc.
Diligencias previas
Cuando compramos una empresa tenemos que ser conscientes de que compramos el «equipo entero». En este sentido, y relacionado con los dos puntos anteriores, más nos vale pasar por una fase de estudio previo para saber «dónde nos estamos metiendo».
Tenemos que saberlo todo sobre la empresa: quiénes son sus clientes, cuánto factura, si tiene deudas pendientes, si tiene clientes morosos, quién integra su plantilla, etc.
Plan de negocio
Cualquier empresa que no tenga un plan de negocio, está abocada al desastre. Lo normal por lo tanto, es que la empresa que vayamos a comprar ya disponga de su propio plan que puede, o no, coincidir con nuestros objetivos.
A lo mejor nuestra compra puede estar determinada por ese plan de negocio que de por sí, nos parece atractivo. Por el contrario puede que encontremos potencial en una empresa, pero que no acaba de despegar, porque su plan de negocio no es el adecuado.
De cualquiera de las formas es importante saber qué es lo que queremos y qué vamos a hacer para conseguirlo.
Desafíos
Gestionar una pequeña empresa no es algo sencillo. Tenemos que conocer y comprender cuáles son los desafíos a los que nos vamos a tener que enfrentar. Es verdad que no vamos a poder predecir todo, pero lo que es seguro es que vamos a tener que trabajar muchas, muchas horas y por supuesto, asumir una gran responsabilidad.