Facilitar la contratación antes que el despido. Este debería ser el objetivo de la nueva reforma laboral que prepara el Gobierno. O al menos, así lo asegura el ministro de Industria, José Manuel Soria.
Soria aseguró ayer en el transcurso del Spain Investors Day, que la reforma «debe servir para que sea más fácil contratar que despedir» ya que «hasta ahora ha ocurrido lo contrario», y advierte de que el Gobierno desarrollará con «determinación» una nueva regulación en caso de que no haya consenso entre los agentes sociales.
El ministro también señaló que la posible ampliación de los plazos de negociación de la reforma dependerá «del grado de consenso y de la decisión del presidente» del Gobierno, Mariano Rajoy. «En todas las reformas el Gobierno va a intentar buscar el máximo acuerdo y consenso, porque queremos que en la reforma haya el máximo acuerdo, pero si esto no fuera posible el Gobierno es muy consciente de que tiene que gobernar y hará las reformas con determinación«, aseguró Soria en declaraciones a la prensa.
En todo caso, el ministro dijo «confiar» en que las negociaciones entre los sindicatos y la patronal «lleguen a buen puerto». Además, señaló que uno de los «principales problemas» del mercado de trabajo es la «profunda dualidad existente entre los trabajadores con estabilidad y los que no la tienen», de modo que «el objetivo máximo» será no solo que haya empleo, sino «que sea estable».