Los consumidores y las empresas de la UE se enfrentan a serios obstáculos a la hora de realizar compras on-line entre distintos estados de la Unión.
La misma Comisión Europea reconoce que actualmente, «Los sistemas de pago ineficientes dentro de la UE aumentan los costes de transacción, socavan la competitividad de la economía europea y limitan su potencial de crecimiento». Según Joaquín Almunia, todavía existen demasiadas trabas que dificultan los pagos con tarjeta, por Internet y con teléfono móvil una vez que el ciudadano europeo se mueve fuera de las fronteras de su país de origen.
En este sentido, el Comisario español ha señalado que «Los consumidores, los comerciantes y las empresas europeos merecen servicios de pago en línea con el siglo XXI: transparentes, con auténtico valor añadido y que hagan el mejor uso de nuestras tecnologías».
Como primer paso, la Comisión ha presentado un plan de acción con 16 acciones concretas cuyo objetivo es duplicar de aquí a 2015 la cuota de comercio electrónico (que hoy está en el 3,4% de las ventas minoristas), y el peso de la economía de Internet en el PIB europeo (en la actualidad, inferior al 3%).
Bruselas cree que el comercio y los servicios electrónicos podrían representar más del 20% del crecimiento y de la creación de empleo en algunos Estados miembros -como Francia, Alemania, Reino Unido o Suecia- de aquí a 2015.
El comisario de Mercado Interior, Michel Barnier ha destacado entre los obstáculos para el desarrollo del comercio electrónico en la UE los costes excesivamente elevados para hacer llegar los productos a otros Estados miembros, los productos y contenidos ilegales en Internet y los problemas de pago. Bruselas presentará iniciativas en los próximos meses para corregir estos problemas.