Los sindicatos, por voz del secretario general de UGT, Cándido Méndez, han mostrado este fin de semana su disgusto acerca del estado de las conversaciones con la patronal para alcanzar un acuerdo en materia de reforma laboral.
El propio Méndez ha asegurado en declaraciones a Telecinco, que la patronal «está enrocándose en posiciones que serían inconvenientes para la lucha contra la crisis económica y el empleo». Así el líder sindical explicó que si bien hace una semana estaba convencido de que se habían producido importantes avances en materias clave, «la negociación ha vuleto ha experimentar un vaivén por las posiciones de la CEOE».
El dirigente sindical ha dado a entender que la patronal está pidiendo «congelación salarial pura y dura», un «abaratamiento general del despido» y la descausalización del mismo, medidas que pueden provocar más paro del que España tiene y que los sindicatos no están dispuestos a aceptar porque agravarían aún más la situación de recesión económica.
«Medidas como el abaratamiento del despido, la descausalización del mismo y la congelación salarial a machamartillo no beneficiarán a la lucha contra la crisis, sino que la perjudicarían», ha advertido el líder de UGT. «Pero quedan horas, días, y yo espero que podamos encontrar una fórmula de acuerdo razonable, equilibrada y eficaz», ha añadido Méndez, que espera que esta semana la CEOE vuelva a la actitud que tuvo durante la primera parte de la semana pasada.
El dirigente sindical no piensa por ahora en el desacuerdo, prefiere «ser prudente y cauteloso», y ha pedido al Gobierno que, si tanto valora el pacto social, ayude a la consecución del mismo. Eso sí, ha dejado claro que «ser taxativo en los plazos» no ayuda a conseguirlo.