Tras las recientes declaraciones del presidente de la CEOE, Juan Rosell en las que comunicaba su visto bueno a los llamados «mini trabajos» y en las que abogaba por una importante reducción del número de empleados públicos, la reacción de CC.OO no se ha hecho esperar.
Su secretario general, Ignacio Fernández Toxo, ha pedido a Rosell que precise «quién va, en dónde y quién no está trabajando». «Se dice que sobran 900.000 funcionarios. Si lo cree, que ponga los datos sobre la mesa, y explique quién va, en dónde y quien no está trabajando. España tiene mucho menos empleo público por cada 1.000 habitantes, no ya que Suecia, que es el extremo, sino que Francia y Alemania. Sólo Grecia, Portugal e Irlanda tienen menos empleo público que España ¿Suena de algo en qué situación están estos países?»
Para el dirigente sindical, es algo «tramposo» utilizar el argumento que emplea la CEOE sobre que si a un parado le preguntas si quiere un ‘mini empleo’ o nada, decida quedarse con el ‘mini empleo’. «Si uno le pregunta a quien le van a cortar los dos brazos si prefiere que le corten uno solo, pues probablemente también diga que sí. En la respuesta y la pregunta está la trampa», ha dicho.
Toxo cree que esta propuesta de los mini trabajos es un abuso, aunque ha reconocido que no sabe si es una «cortina de humo» o una propuesta concreta. El líder de CC.OO. ha dejado claro que en Alemania «no es oro todo lo que reduce, pues algunas cosas se hacen mejor que en España, pero otras no tanto«. Así, ha recordado que en «Alemania no existe un salario mínimo interprofesional de referencia y que no tiene una negociación colectiva de eficacia universal, pues allí sólo se negocia para los afiliados».
«Eso que Rosell identifica como ‘mini empleos’ ya se utiliza en España», ha precisado Toxo, que ha puesto de ejemplo a los estudiantes que compatibilizan sus estudios con unas horas de trabajo, por ejemplo, en la taquilla de un cine. Eso sí, esos empleos tienen unas garantías y sus salarios se rigen por los convenios de referencia.
Toxo ha argumentado que con la propuesta de estos «mini trabajos» lo que se pretende es «deteriorar tanto el mercado laboral, que al final se tendrá a la gente a la absoluta discreción de las empresas», una situación que ha comparado con la que protagonizaban los terratenientes de los siglos XVIII y XIX cuando acudían a las plazas de los pueblos en busca de mano de obra para unas horas.