Aunque la consecuencia más palpable de la crisis económica ha sido el aumento espectacular del paro, otra de las consecuencia que marcarán la economía española durante años, es el frenazo experimentado por todas las partidas presupuestarias destinadas a la investigación, el desarrollo y la innovación.
Concretamente, el gasto interno en Investigación y Desarrollo (I+D) ascendió a 14.588 millones de euros en 2010, lo que supuso un exiguo crecimiento del 0,1% respecto al año anterior, según los resultados de la estadística del INE sobre actividades en I+D.
Lo peor de todo no es el crecimiento ínfimo que ha experimentado nuestro país en un año, sino que estas cifras se vienen repitiendo más o menos desde 2008. Para Juan Mulet, director general de Cotec (dedicada a la innovación tecnológica). «estas cifras son desastrosas» ya que colocan a España en el puesto 15 de la Unión Europea.
Sin embargo, aunque remarcó que los datos «no son en absoluto para ponerse contentos», sí reflejan que el sistema es «mucho más sólido que antes» y que «poco a poco» la I+D se va asumiendo.
En el caso de la Administración pública, que financió el 46,6% de las actividades de I+D, aumentó el gasto en este apartado un 0,1%, mientras que las empresas lo redujeron en un 0,8%. No obstante, hay diferencia según el tamaño de las compañías. Las empresas grandes (de más de 250 trabajadores) y medianas (de entre 50 y 249) aumentaron su gasto, las primeras un 1,1% y las segundas un 4,1%. En cambio, las pequeñas (de 10 a 49) lo redujeron un 28%.
Por comunidades autónomas, Madrid es la que encabeza el esfuerzo en este campo, con 3.854,8 millones de euros y un 2,02% del PIB regional. Le siguen la Comunidad Foral de Navarra, con 365,7 millones y el 1,97% de su PIB; el País Vasco (1.305,6 millones y el 1,95%), y Cataluña (1,63%).