La crisis ha disparado el número de delitos y fraudes que han sufrido las empresas españolas. Según la encuesta elaborada por la consultora PwC, el 47% de las empresas de nuestro país denuncian haber sufrido algún percance de este tipo. Esta cifra ha crecido en más de diez puntos en los últimos dos años ya que en 2009, solo un 34,5% de las empresas alertaban de esta situación.
Además, la cifra española supera al del resto de compañías europeas, ya que solo el 30,2% de estas empresas declaró haber experimentado fraude. Entre los motivos más comunes de fraude en España, el informe destaca el incremento de los actos de manipulación contable, que han pasado del 11% de 2009 al 29% este año, debido al endurecimiento de los criterios contables y a la creciente presión por los resultados vivida en los dos últimos años.
No obstante, el estudio remarca la caída de los delitos relacionados con el soborno y la corrupción, que disminuyen dos puntos, situándose en el 11% por el deterioro sufrido por el sector inmobiliario a consecuencia de la crisis. Asimismo, destaca el incremento de los delitos informáticos, que en 2011 legan a representar en torno al 4% del total, un 130% más en comparación con los datos de 2009.
Respecto al perfil de los defraudadores en España, el informe apunta que el 81% de los fraudes los llevan a cabo los propios empleados de las compañías, y sólo el 17,5% se corresponde con autores externos. Entre los defraudadores internos, apunta que el 61% de ellos son miembros de alta dirección y el 39% mandos intermedios, mientras que los proveedores (43%) protagonizan la mayoría de delitos realizados por externos. Por otra parte, las principales fuentes de detección por parte de las empresas son los canales de denuncias internas, junto con el análisis de transacciones sospechosas y las auditorías internas.