Una vez que el Partido Popular ha llegado al Gobierno, ha faltado tiempo para que organizaciones y organismos de todo tipo sugieran públicamente todo tipo de medidas ultra liberales para «luchar contra la crisis».
El penúltimo en subirse al carro ha sido el IESE Business School que ha pedido públicamente que se cree un contrato único e indefinido, con un despido de entre 10 y 20 días y con un máximo de seis meses de salario (de forma que incluso si una persona trabajar 20 años para una empresa solo tuviese derecho a cobrar por seis).
Esta idea, presentada por Javier Díaz-Giménez, busca una «reforma radical» del mercado de trabajo cuya necesidad también defienden sus compañeros Xavier Vives, Alfredo Pastor, José Ramón Pin, Antonio Argandoña y Sandalio Gómez para inspirar confianza, aumentar los ingresos públicos, tranquilizar a los mercados.
«Hay que devolver la confianza a la economía reduciendo los costes sociales del trabajo, las cotizaciones a la Seguridad Social, compensándolo con el incremento del IVA», plantea José Ramón Pin, mientras que Sandalio Gómez ve necesario una «reforma a fondo» del mercado laboral que aborde también cuestiones como la formación, el seguro de desempleo e incluso el derecho a huelga.
Asimismo, Alfredo Pastor aboga por revisar la estructura de la fiscalidad para que «recaude más» y de una forma «un poco más equitativa». A este respecto, Díez-Giménez aboga por una rebaja de la cotización mínima de la Seguridad Social de manera que sea «estrictamente proporcional al salario», medida que se complementaría con un aumento de la contribución máxima, ya que considera que en España «es muy baja».