El Partido Popular confirma en su programa electoral, su apuesta por el modelo austriaco. Se trata de crear un fondo de capitalización individual para cada trabajador, pagado por las empresas, de modo que cuando el trabajador ponga fin a su relación laboral con la empresa (ya sea por despido, ya sea por una salida voluntaria), perciba lo acumulado.
En el caso de que un trabajador cambie de empresa, ese fondo no se perdería, sino que va con él a la nueva sociedad en la que trabaje y, lo recibe al final de su vida laboral si nunca ha sido despedido. La posibilidad de implantar un modelo similar fue ampliamente estudiado por la Fundación Ideas del PSOE y en su estudio participó el actual ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, cuando aún no era miembro del Gobierno.
Según el programa del PP, la creación de este «fondo de capitalización individualizado» para cada trabajador se haría de «forma acompasada a la recuperación económica» y contemplaría la cobertura frente al desempleo, favorecería la movilidad del trabajador y la formación continua.
En el capítulo del programa popular dedicado al empleo «Empleo seguro y flexible para todos», el PP hace un diagnóstico de cómo es actualmente el mercado laboral y afirma que es «rígido, excesivamente regulado y segmentado» y esto ha hecho que «el principal mecanismo de ajuste de las empresas ante la crisis económica haya sido el despido de los trabajadores más jóvenes, con contratos temporales o con menor antigüedad, cuando no el cierre».
Además, creen que se ha producido una «segmentación entre los trabajadores temporales y fijos» y quieren acabar con ello «como garantía de cohesión social». Dicen, que su intención es proporcionar a los emprendedores «vías efectivas de flexibilidad» y «certidumbre» para que puedan contratar nuevos trabajadores». «Haremos que el coste de la adaptación a los cambios no impida la creación de empleo», afirma el programa.