Las empresas rusas, chinas y mexicanas son las que sienten menos escrúpulos a la hora de sobornar a funcionarios públicos y a otras empresas en el exterior. Por otro lado, según el Índice de Sobornadores elaborado por la ONG alemana «Transparencia Internacional», las empresas holandesas, suizas, belgas, y japonesas, son las que menos incurren en este tipo de prácticas delictivas.
El estudio, basado en una encuesta a 3.000 empresarios de países industrializados y en desarrollo, ordena a las 28 principales naciones exportadoras por la facilidad con la que sus compañías trasnacionales recurren al cohecho una vez que dejan atrás sus fronteras.
Rusia es la peor clasificada en este ránking, al obtener un 6,1 -en una escala donde el «0» implica que se recurre «siempre» a las coimas y el «10» que no se emplean nunca-, seguida por China (6,5) y México (7,0).
Rusia y China han aparecido regularmente en los puestos de cola de los tres últimos BPI publicados (en los años 2008, 2006 y 2002), pero es la primera vez que México se sitúa entre los tres peores.
Entre medias destacan, de mayor a menor nivel de corrupción, países como Argentina (7,3), India (7,5), Italia (7,6), Brasil (7,7), España y Francia (8,0) y Estados Unidos (10; 8,1 puntos).
«Es claro que el cohecho sigue siendo una práctica empresarial rutinaria para demasiadas empresas y que se practica en todos sus negocios, no sólo sobornando a funcionarios», aseguró en un comunicado la presidenta de TI, Huguette Labelle.
El informe de TI ordena además los sectores productivos por la propensión de sus empresas a caer en el cohecho, situando en primera posición a las obras públicas (5,3 puntos sobre la misma escala de 10), seguido por las «utilities» (infraestructuras para servicios públicos) (6,1) y el inmobiliario (6,1).