Si la respuesta a esta pregunta es un no, es hora de revisar que falla en nuestra empresa y ponernos manos a la obra. La imagen empresarial es un factor clave ya que finalmente es la percepción con la que se quedará cualquier persona a la que le llegue una comunicación de nuestra corporación.
Como explican en la iniciativa de Fundación Banesto, LideraTV, la imagen corporativa no entiende de cuota de mercado. Por ejemplo, Harley Davison tiene un pequeño trozo del pastel del motor pero su marca es una de las más valora del sector en la Bolsa.
Así, aunque el cambio de la imagen corporativa responde a una estrategia comercial, no tendremos unos resultados directos en ventas, al menos, en un período corto. A medio y largo plazo, seguramente sí. De ahí, la importancia de su revisión cada cierto tiempo.
Pero ¿cómo conseguimos adaptar nuestra imagen a nuestros objetivos? Algunas de las fórmulas que utilizan muchas empresas son las siguientes:
- Desarrollar un manual de imagen corporativa que debe seguir todo profesional que trabaje con la empresa
- Tener una buena relación con los medios de comunicación tanto especializados, locales como más generales
- Realizar notas de prensa, ruedas de prensa o entrevistas con el objetivo de tener más visibilidad mediática.
- Controlar, revisar, modificar y actualizar nuestra imagen corporativa, al menos, una vez al año.