¡Sálvese quien pueda! En este más que difícil contexto económico, está siendo tan complejo poner en marcha un negocio desde cero como conseguir que empresas ya asentadas consigan salvarse de la quiebra. Es por ello que queremos romper una lanza a favor de los programas de ayudas a la consolidación y desarrollo empresarial y aprovechamos para traer unos sencillos consejos que ayudarán cuanto menos a reaccionar cuando las cosas empiecen a ir mal.
Para ello, en Muy Pymes acudimos a nuestra biblioteca de gestión y tomamos los apuntas que recoge Carlos Guerrero Marín en su más que elocuente libro ‘Cómo salvar mi negocio’ (FC Editorial). Guerrero Marín lo tiene claro. La primera máxima será la puesta en marcha de medidas concretas para solventar los primeros síntomas de crisis.
- Vender activos fijos que no se consideren imprescindibles para el normal desarrollo de la actividad de la empresa. El circulante que se obtenga debe revertirse en reducir deudas o utilizarlo como garantía a financiación ordinaria o de emergencia.
- Reducir gastos generales, todas aquellas partidas presupuestarias con son un coladero perfecto para la muerte de nuestro negocio.
- Vender, vender y vender. Potenciar la actividad comercial. ¿Cómo? Por un lado, promociones, descuentos y ofertas. Descuentos por pronto pago. Por otro, hay que establecer la filosofía del ‘stock 0’ para que no tengamos invendidos que nos suponen un doble coste.
- Deudas. Aplazar deudas de las Administraciones Públicas, reconvertir las deudas –en la medida de lo posible, claro– en capital y pasarlas de corto a largo plazo.
- Aumentar el patrimonio neto de la sociedad. Hay que apostar por una ampliación de capital para aproximarlo al 40% del total del balance.