Cuando Muhammad Yunus desarrolló en La India el concepto de microcrédito, tuvo muy claro desde el principio que los beneficiarios de esta ayuda debían ser en primer lugar las mujeres, auténticos pilares de la economía familiar. Cuando años más tarde el concepto de microcrédito saltó a Occidente, la filosofía que lo acompañó fue muy similar: dar acceso a la financiación a aquellos colectivos que lo tienen más difícil (inmigrantes, jóvenes, discapacitados, mujeres).
En España, siguiendo el ejemplo de algunas entidades financieras como «La Caixa» (y su iniciativa microbank), la Dirección General de la Pyme (con la colaboración de la Secretaría de Estados de Igualdad), hace unos años que viene aplicando con éxito su programa de «Microcréditos para mujeres emprendedoras y empresarias».
Su principal objetivo es promover iniciativas emprendedoras lideradas por mujeres, así como facilitar la financiación de aquellas empresas dirigidas por mujeres que ya están en marcha. El programa que se articula gracias al convenio firmado con Enisa, está destinado a todas aquellas mujeres que tengan dificultades para obtener un crédito a la hora de acudir al sistema financiero tradicional.
Los microcréditos se conceden de forma directa, ofrecen un tipo de interés máximo del 6% y condiciones bastante ventajosas como el hecho de que no existan comisiones ni de apertura, ni de estudio, ni de amortización. Además, no se exigirán avales personales a las mujeres que soliciten el microcŕedito que a cambio, deberán presentar un plan de empresa validado por alguna de las entidades colaboradoras con este programa.
Por útlimo hay que destacar que una vez constituido el microcrédito, y durante los dos años siguientes, La Secretaría de Estado de Igualdad ofrecerá a las beneficiarias una asistencia técnica gratuita a través de la organización de mujeres empresarias que le haya tramitado el microcrédito, que le ayude a superar los obstáculos iniciales proponiendo, en su caso, plantes de mejora para su negocio.