El Congreso de los Diputados ha dado luz verde a la reforma laboral, que consagra la temporalidad entre los jóvenes. Con los votos del PSOE y la abstención del PP, CiU, Coalición Canaria y UPN, el Gobierno ha sacado adelante el decreto ley de medidas urgentes «para la promoción del empleo de los jóvenes, el fomento de la estabilidad laboral y el mantenimiento del programa de recualificación profesional de las personas que agoten su protección por desempleo».
La norma ha sido convalidada por 166 votos a favor y 157 abstenciones, frente a 15 votos de rechazo (PNV, ERC, IU, ICV, BNG y UOyD, más el diputado socialista y ex secretario general de CC.OO. Antonio Gutiérrez). Sin embargo bien el PSOE sufrió una derrota a la hora de decidir si la norma se convalidaba como proyecto de Ley, votación que los socialistas perdieron por un sólo por un voto.
No obstante, esta derrota tiene un carácter meramente testimonial, ya que las Cortes se disolverán dentro de dos semanas, lo que hará imposible introducir modificaciones a la norma.
Las críticas de todos los grupos de la oposición se centraron en la suspensión hasta 2014 del tope de dos años para encadenar contratos temporales, pese a que el ministro de Trabajo e Inmigración, Valeriano Gómez, se comprometió desde la tribuna a que, si el PSOE gana las próximas elecciones generales, la medida se derogará «en cuanto sea posible», sin esperar a cumplir el plazo.
En este sentido, la diputad del PP, Celia Villalobos, ha remarcado que el PP «no esperará» a derogar la norma si llega a la Moncloa y pondrá en marcha un modelo nuevo de empleo basado en el contrato estable y fijo en contra de la temporalidad. «Le puedo garantizar que lo haremos cuando gobernemos», ha asegurado