Frente a los más de 40 litros de consumo anuales por persona que registraba el vino en la década de los noventa, en 2010 este cayó hasta los 17 litros, un descenso del volumen de negocio que no parece corresponderse con el incremento de las producciones de vid ¡Hasta 40 millones de hectolitros más al año! ¿A qué se debe esta aparente contradicción? La exportación de caldos españoles es la respuesta.
Según los datos del Observatorio Español del Mercado del Vino, las exportaciones de vino de nuestro país ascendieron a 20,05 millones de hectolitros entre junio de 2010 y el mismo mes de 2011. Esta cifra supone, en volumen, un incremento del 24,5% en relación con el periodo anterior, y un 16,6% más en concepto de ingresos. Por primera vez se han superado los 2.000 millones de euros y también es la primera vez que España se coloca como el segundo país más importante en la exportación de vinos, sólo por detrás de Italia -22,3 millones de hectolitros- y muy por delante de los 14 millones de hectolitros de Francia o los 7,8 millones de hectolitros de Australia.
Los países que más están apostando por este producto tan nuestro son Francia, a donde se han exportado casi cuatro millones de hectolitros en el último año, seguida de Alemania (2,8 millones), Portugal (1,6 millones), Reino Unido (1,2 millones) e Italia, con casi 1 millón de hectolitros. De estas ventas, Alemania sería el mejor cliente, ya que predomina el vino envasado, al igual que Reino Unido. Por el contrario, países como Francia o Italia compran más vino a granel, dependiendo de sus propias cosechas, cuyo destino final en los mercados constituye hoy una incógnita. Fuera de la Unión Europea, destacan países como EE UU, con un volumen de compras ya de 700.000 hectolitros y con un claro dominio de los vinos de calidad envasados, y mercados como el ruso y el chino, donde el grueso de las exportaciones corresponde a vinos a granel.
Los actores implicados en el sector vitivinícola consideran como dato más positivo de esta actividad esa apertura a todo tipo de mercados, con un importante crecimiento, tanto en graneles como en envasados y, sobre todo, la entrada en nuevos países. La parte negativa es que este crecimiento es posible gracias a la bajada de los precios, algo que repercute en el dinero que los viticultores perciben por la uva. Son opiniones del responsable del Observatorio Español de los Mercados del Vino, Rafael del Rey, y de uno de los responsables de UPA, José Manuel Delgado.