Que París sea la ciudad del amor, Milán represente la moda o Londres sea señorial no es algo que se consiga de un día para otro. La imagen o place branding de una lugar es algo más que eso, es una seña de identidad de la que se pueden beneficiar las empresas.
Según cálculos de urbanistas, una ciudad con 2 millones de habitantes debe invertir aproximadamente 50 millones de dólares –36 millones de euros– anuales en promoción y publicidad de su imagen en todo el mundo. Unos beneficios que también repercuten en los comercios de las poblaciones.
De esta forma, intentar atraer a personas de todo el mundo, no sólo es un trabajo de la oficina de turismo sino también de las compañías. Potenciar su lugar de origen nos ayuda a crear una imagen corporativa. Sino que se lo digan a Ingvar Kamprad, fundador de IKEA quien ha llevado la filosofía sueca a cientos de rincones de todo el mundo.
No sólo los famosos -Beatles en Liverpool o John Lennon en Nueva York- pueden ser un símbolo de una ciudad, las compañías pueden potenciar su lugar de nacimiento o consolidación para atraer a miles de turistas. Hay muchos más casos; Coca-cola como icono norteamericano o sin irnos tan lejos Osborne con su toro en España.
Como decíamos en un principio, la promoción de nuestra cultura o ciudad pueden ayudarnos a potenciar nuestra imagen corporativa lo que directamente puede repercutir en la caja de nuestro negocio. Por ello, puede ser una buena idea marcar una filosofía de empresa donde quede marcado nuestra procedencia ya que no sólo ayudará al marketing de nuestra ciudad sino también al nuestro propio.