Piensa mal y acertarás, que decía el refrán. Según el IV Informe Arag, seis de cada diez trabajadores no confían en sus jefes, mientras que cuatro de cada diez tampoco se fían de sus compañeros. Este estudio, que se centra en la confianza existente en el entorno laboral, revela que el 69% de los trabajadores no confía en que su empresa aplique «correctamente» la legislación que defiende sus derechos.
Según el actual defensor del asegurado de la compañía de defensa jurídica Arag, el ex ministro de Trabajo y Asuntos Sociales Manuel Pimentel, la crisis económica y financiera es también una crisis de confianza de la población en el consumo, en la clase política y en su propio entorno. Sin embargo, a pesar de este «bajo» grado de confianza de los trabajadores en su entorno laboral, «los altos índices de desempleo han dado lugar a que quienes conservan su puesto de trabajo se muestren más conformistas y piensen que intentar defender sus derechos no va a ayudar, sino que incluso puede empeorar su situación», asegura.
Los trabajadores que sí deciden informarse o reclamar ante situaciones que consideran injustas apuestan por consultar con un abogado (15,5%), a los servicios públicos de empleo (12,2%), y a los sindicatos (9%). Otras vías utilizadas, aunque en menor medida, son asesorarse en la propia empresa, preguntar a los compañeros de trabajo y denunciar la situación a las autoridades.
En cuanto a las principales preocupaciones de los trabajadores y sobre las que más dudas plantean son las condiciones laborales (cambios en el sueldo, en el horario, en las funciones, etc; la extinción del contrato (razones de despido, finiquito, etc), y las prestaciones públicas (jubilación, paro o invalidez).