Zara está siendo investigada en Brasil por auspiciar la esclavitud de algunos de sus trabajadores. Dicho así, la noticia parece tremenda. Solo cuando entramos en detalle, entendemos que la empresa que realmente está siendo investigada es una subcontrata que Zara mantiene en ese país (concretamente en el estado de Sao Paulo) y que la propia empresa española (Inditex) ha reconocido la situación y ha iniciado una investigación.
Una vez más, descubrimos sin embargo que a medida que las grandes empresas alcanzan un tamaño global, encuentran grandes dificultades a la hora de controlar el trabajo de sus empresas subcontratadas, y suele ser frecuente que «hagan la vista gorda» ante situaciones que se producen en países emergentes.
En este caso, la fiscalía de Sao Paulo ha iniciado una investigación contra la empresa española al recibir a denuncia de que unos trabajadores que confeccionan sus prendas textiles, principalmente bolivianos, fueron sometidos a condiciones insalubres y carecían de cualquier tipo de contrato.
Durante la investigación, la fiscalía determinó que unos 50 trabajadores eran sometidos a jornadas laborales de 14 horas y que se encontraban en un ambiente degradante, con cables de alta tensión a la vista, mucho calor y un espacio reducido. Además los trabajadores vivían en el piso superior del habitáculo, en condiciones de higiene muy precarias.
Como hemos comentado, Zara ha reconocido los hechos en un comunicado que la prensa brasileña divulgó ampliamente. Inditex señala que exigió al «proveedor responsable por la tercerización no autorizada que regularice la situación inmediatamente» e informó de que trabaja en ese sentido.