Paradojas del destino: Spotify acaba de entrar en el mercado norteamericano y ya se encuentra allí una investigación que le saca los trapos sucios. En esta ocasión se trata de una cookie que, como si de una mosca veraniega se tratara, es imposible de quitar de encima.
Aunque la empresa sueca se ha apresurado a quitar la cookie, está claro que la noticia sigue siendo relevante. La cookie en cuestión se saltaba todas las precauciones que podía tener un usuarios para evitar almacenar este tipo de archivos en su navegador: ni el modo de privacidad de Firefox o Google Chrome, ni la opción de no permitir cookies eran un problema para seguir guardándose en el equipo.
Al parecer, este archivo fue suministrado por la empresa KISSmetrics, que también presta servicios a otras compañías como Hulu. Así, el pequeño archivo permitía hacer seguimiento a los usuarios aún a sabiendas que ellos no deseaban este espionaje.
Por suerte el problema ha sido resuelto con la solución más lógica: la eliminación de la cookie por parte de Spotify. En este sentido, la empresa ha comunicado oficialmente: «Nos tomamos realmente en serio la privacidad de nuestros usuarios y tenemos en cuenta este informe. Como resultado, hemos suspendido inmediatamente el uso de KISSmetrics mientras se investigue la investigación».
Sin embargo, esto nos hace pensar ¿cuántas cookies de este tipo habrá en otros programas o servicios web? Esperemos que no muchas.