La contratación indefinida se ha convertido en una rara avis destinada cada vez más a casos y situaciones muy concretas. Según el Barómetro del Mercado de Trabajo del Instituto para las Relaciones Laborales y Empleo (IRLE), el número de contratos decarácter indefinido ha pasado de los 990.000 firmados en 2007 a los 579.000 de 2010, lo que evidencia una tendencia que, a día de hoy, parece imparable.
El barómetro titulado «El Mercado de Trabajo y la Crisis Económica», considera que «la tendencia de recuperación que parecía apuntarse muestra ahora señales de ralentización, que no permite esperar una inmediata recuperación del empleo».
En dicho estudio se confirma además que desde julio de 2010 se ha detenido la recuperación del tejido empresarial, sin que la economía haya sido capaz de frenar la destrucción de empresas y, por tanto, la reducción del 2 % interanual del número de sociedades registradas en la Seguridad Social.
En este aspecto, las compañías de mayor tamaño han demostrado tener una capacidad mucho mayor para soportar la crisis, y las que emplean a más de 250 trabajadores ocupan hoy a un 40 % del total de afiliados a la Seguridad Social, cuatro puntos porcentuales más que en 2007.
Por otra parte, ha habido un incremento sin precedentes de los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) que suponen reducción de jornada, frente a otras formas de mayor afectación al empleo. En cuanto a la conflictividad laboral, se ha reducido el número de huelgas ordinarias dentro y fuera de los tribunales de justicia, y en un 10 % el número de conflictos solucionados a través de medios extrajudiciales.
Al evaluar los Convenios Colectivos de trabajo, se ha observado una reducción progresiva de la influencia de los de ámbito empresarial a favor de los de ámbito sectorial.