Justo después de haber sido multada por 142.000 dólares por recopilar datos personales de redes Wi-Fi, Google y otras compañías como Facebook o eBay, se han rebelado contra un nuevo decreto francés que les obliga a facilitar datos privados a las autoridades si éstas así lo requieren.
La nueva normativa, publicada el pasado mes de marzo, obliga al e-commerce y a las páginas de vídeo y mail a mantener el nombre completo, número de teléfono, dirección postal y contraseñas de sus clientes. Los datos estarán sometidos durante ese periodo a la jurisdicción de la policía francesa, la oficina de fraude, las aduanas o incluso la entidad de recaudación de impuestos.
La Asociación francesa de Servicios a la Comunidad Internauta (ASIC) se personará en la acusación argumentando que el nuevo decreto es «una medida impactante, con esta obligación de guardar las contraseñas y enviárselas a la policía».