El estrés laboral, del que hablábamos ayer en un artículo especial de MuyPymes, preocupa seriamente a la Comisión Europea, que ha pedido a los países de la Uníón que desarrollen políticas específicas para combatir una dolencia que se encuentra como origen del 60% de los días perdidos.
«Sabemos que el estrés laboral puede constituir un problema estructural debido a la organización del trabajo más que al propio individuo» ha asegurado el Comisario de Empleo, László Andor, quien ha instado a los países a tomar cartas en el asunto.
Sindicatos y patronales europeas cerraron en 2004 un acuerdo para impulsar la lucha contra este problema y garantizar una «protección mínima» del trabajador, pero los resultados han sido muy desiguales en los Estados miembros y sólo Suecia ha registrado un descenso de casos de estrés laboral, mientras que en nueve países han aumentado.
La Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (EU-Osha) publicó en enero que sólo el 26 por ciento de las empresas europeas han adoptado medidas para reducir el estrés laboral.
Mientras, este síntoma afecta en España a más del 40% de las personas asalariadas y en torno al 50% de los empresarios y genera la pérdida de más del 10% del PIB, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Bruselas celebra que el acuerdo de 2004 haya «abierto la puerta» al diálogo y la elaboración de políticas contra el estrés laboral en la mayoría de Estados miembros, incluido España, que cuentan con normas específicas introducidas en los convenios colectivos, acuerdos generales o líneas directrices.
Sin embargo, critica que los actores sociales de Malta, Chipre, Polonia y Eslovenia no hayan informado del modo en que se ha aplicado el acuerdo en su territorio y lamenta que los resultados de Alemania, Estonia, Bulgaria y República Checa «no han cumplido las expectativas». El Ejecutivo comunitario considera que deben producirse mejoras «en todos».