He tenido la ocasión de probar Internet Explorer 9 Beta desde su lanzamiento. Aparte de alguna que otra laguna con ciertos enlaces y ciertas observaciones sobre cosas que cambiaría, la verdad es que tengo la misma sensación que cuando probé Windows 7 beta: es un producto muy terminado para ser una versión preliminar y puede que, como veremos más adelante, esta sensación no sea gratuita. Voy a dividir las pruebas de este navegador en tres partes y hoy nos ocuparemos del diseño.
Hace tiempo, quizás desde que se pusiera en marcha el desarrollo de Windows 7, Microsoft ha cambiado de perspectiva en el desarrollo de sus productos, un cambio de ritmo necesario y puesto de manifiesto porlos problemas que tuvieron con Windows Vista. Ese “efecto Windows 7″ como lo hemos denominado en MuyWindows, parte sin duda de un personaje que ha fraguado esta nueva estrategia: Steven Sinofsky.
La base de todo es simple: en vez de centrarse en tecnología Sinofsky se centró en los usuarios, recogiendo no solamente sus opiniones sobre lo que cambiarían en un nuevo Windows, sino también poniendo en marcha un amplísimo programa de recogida de datos de miles de ordenadores de todo el mundo para obtener datos estadísticos sobre el uso de ciertos elementos del sistema, información sobre qué partes de Windows provocaban problemas y en qué condiciones…
Para el desarrollo de Internet Explorer 9 la estrategia ha sido muy similar y se han utilizado experiencias y datos de muchos usuarios y sus costumbres y usos de navegación. El resultado es el nuevo diseño de Internet Explorer 9, que no solamente es reflejo de los usuarios, sino también de lo que Microsoft percibe como el futuro de Internet. Un futuro en la nube en el que Microsoft ha dado un paso más considerando las páginas web verdaderas aplicaciones. Si hay un elemento de IE9 donde se ha hecho sentir ese “efecto Windows 7″ es en el diseño.
De esta forma veremos paso a paso los elementos del diseño de Internet Explorer 9 beta, pero también la justificación de cada uno de esos cambios. Lo primero que llama la atención en el nuevo IE9 beta es la sencillez de diseño. Se han eliminado todos los elementos considerados superfluos estadísticamente para convertirlos en opcionales. Así no veremos la barra de comandos, la barra de favoritos e incluso la barra de estado (en la parte inferior de la ventana).
En todo el artículo: IE8 a la izquierda o arriba, IE9 beta a la derecha o abajo
Solamente encontraremos tres pequeños iconos en la parte derecha que permiten acceder a la página principal, a la gestión de favoritos y a la configuración del navegador. Puede que algún usuario eche de menos la posibilidad de acceder a los favoritos directamente, pero según las estadísticas de Microsoft solamente el 18% de los usuarios de Internet Explorer han hecho clic alguna vez sobre los elementos de la barra de favoritos. Incluso también se han estilizado los iconos de seguridad.
Para hacer aún más sencilla la página se ha eliminado también un detalle que es difícil advertir al utilizar por primera vez Internet Explorer 9 beta (lo que demuestra el acierto de los diseñadores de Microsoft). En la parte superior de la ventana ya no se muestra el título de la página que está cargada en la pestaña o ventana activa. En Microsoft han considerado esa información redundante pues aparece en la pestaña.
Otra decisión de diseño para “limpiar” el área de visualización es la de desplazar ciertos avisos de la aplicación (si se está visitando una página con elementos seguros y no seguros, información sobre la descarga de un archivo…) en la parte inferior de la ventana. De esta forma se evitan avisos con ventanas superpuestas que entorpecían la navegación. Según las estadísticas de Microsoft (ya recogidas con Windows 7 con el famoso UAC) los usuarios tienden a ignorar los mensajes más insistentes y molestos. De esta forma se da la información necesaria sin invadir la zona de navegación donde la página web es protagonista.
Los diseñadores han ganado espacio ahí abajo eliminando la barra de estado donde aparecía información de enlaces sobre los que colocábamos el puntero, la zona que estamos visitando, el zoom… Ahora, por ejemplo, la información de los enlaces aparece en una caja de texto superpuesta de tamaño muy reducido. Hay que decir para los nostálgicos que tanto la barra de favoritos como la de comandos o incluso la barra de estado pueden activarse haciendo clic con el botón derecho sobre el icono de herramientas.
Un elemento pequeño pero que habla a las claras del método de desarrollo por parte de Microsoft es el diseño de los botones de avance y retroceso para navegar por el historial de las páginas que hemos abierto en una ventana o pestaña. Según las estadísiticas que maneja Microsoft los usuarios utilizan mucho más el retroceso que el avance, por lo que el icono de la primera función se ha agradnado con respecto de la segunda. Incluso se ha eliminado el minúsculo borde de dos píxeles que rodea las páginas web en las ventanas del navegador.
Dos de las decisiones de diseño más arriesgadas, siempre con el objetivo de simplificar y ganar espacio, han sido la de colocar las pestañas de las páginas que vamos abriendo en esta modalidad a la derecha de la barra de direcciones y que ésta se ha unificado a la caja de búsqueda bautizándola con el nombre One Box. El resultado es reconquistar una gran cantidad de espacio (aún más que otros diseños minimalistas como el de Google Chrome) para que pueda mostrarse la página web y eliminar elementos que puedan distraer.
La decisión de la colocación de las pestañas junto a la caja One Box tiene un efecto secundario importante: no se pueden mostrar demasiadas pestañas en la ventana, sobre todo si utilizamos un ordenador con una resolución reducida. Pero hasta esto ha sido realizado basándose en datos. Según los estudios de Microsoftun 90% de la sesiones de navegación con Internet Explorer tenían abiertas 4 pestañas o menos, por lo que hay espacio más que suficiente.
También se ha estudiado cuidadosamente el tamaño del One Box. Se podría pensar que el espacio es escaso para escribir direcciones largas, pero Microsoft ha estudiado los 2.000 nombres de dominio de Internet más visitados para definir el tamaño de la caja. Aún así en IE9 es posible cambiar el tamaño de One Box para adaptarlo ya sea a direcciones más largas o para permitir mostrar más pestañas de navegación. Además la caja cambia de tamaño automáticamente. En resoluciones de más de 1024 puntos ocupa un tercio del espacio mientras que en resoluciones más grandes ocupa la mitad.
En el caso del One Box los responsables de Microsoft han encontrado que la mayoría de los usuarios no utilizaba la caja de búsqueda y escribía directamente los términos en la caja de direcciones para luego ver los resultados del buscador. Microsoft ofrece ahora una sola caja con sugerencias de búsqueda, pero estas no están activadas por defecto. A diferencia de Chrome IE9 avisa de que se enviarán las pulsaciones directamente al buscador y ofrece la posibilidad de cambiar de buscador “al vuelo” para obtener resultados de sugerencias con distintos motores de búsqueda.
En cualquier caso el objetivo es la conquista del espacio, pero no solamente eso. Según declaraciones de Dean Hachamovitch, con IE9 “las páginas web son las estrellas”. Es decir, se quita protagonismo a los elementos del navegador para dárselo a la web. Veremos que esta filosofía (detrás del lema “The beauty of the web“, la belleza de la web) influye en otros elementos funcionales del navegador.
Podemos ver el efecto por ejemplo al abrir una página de GMail. En IE8 hay elementos del interfaz del navegador superpuestos a las funciones de GMail, mientras que en IE9 beta las funciones de GMail son las protagonistas. Eso sin contar el espacio ganado, porque aunque el objetivo no sea obtener más espacio si medimos el nuevo interfaz ocupa en la zona de menús solamente 60 píxeles, comparados con los 140 del interfaz de Internet Explorer 8.
Este protagonismo de las páginas web es aún más evidente si utilizamos Windows 7 con Internet Explorer 9 beta. En este caso podemos arrastrar una pestaña o página web a la barra de tareas para “anclarla” igual que si fuera una aplicación. Al abrir la página pulsando sobre el icono de la barra de tareas veremos que la ventana cambia de aspecto para adaptarse a la página que muestra.
Aparece un icono para acceder a la página principal (y desaparece el pequeño icono de la derecha que lleva a la página de inicio) y los botones de desplazamiento para avanzar o retroceder se muestran del color dominante de la página web. Es decir, el diseño del navegador se adapta a la página que muestra, un concepto interesante que hace más fluido y uniforme el diseño cuando abrimos las aplicaciones más habituales y de paso hace menos necesarias tanto la barra de favoritos como las pestañas de navegación.
Otra de las mejoras en el diseño es el del renderizado de las fuentes. Los programadores de Microsoft ya anunciaron durante el desarrollo del navegador que se iba a utilizar las librerías gráficas Direct 2D de direct X para acelerar y mejorar la calidad de las fuentes en pantalla. Es una mejora que podemos comprobar a simple vista aumentando el zoom o en pantallas de alta resolución. Claramente se han eliminado muchos “dientes de sierra” y la legibilidad es mucho mejor.
Conclusiones
¿Cómo es el diseño de Internet Explorer 9? Hay que tener en cuenta que en temas de interfaz y diseño en muchas ocasiones (a pesar de las estadísticas) entran en juego factores personales, pero sí que hay elementos objetivos que se pueden medir analizando el nuevo interfaz de Internet Explorer 9 beta. Es indudable que el diseño es más ligero y agradable, que la calidad de las fuentes es mayor y que la “personalización” de las páginas es acertada.
Internet Explorer beta es aún más sencillo en diseño que Google Chrome 6
Objetivamente hay más píxeles para que las páginas web se luzcan, pero es que subjetivamente navegar resulta más agradable y podemos concentrarnos más en la información de la página sin distracciones. Por otro lado tras horas de navegación con IE9 usando nuestra lista de 100 páginas más visitadas no hemos echado de menos para nada tener a mano la barra de favoritos, gracias también a que hemos podido anclar los visitados más asiduamente a la barra de tareas.
Sobre el tema de la disminución de espacio para las pestañas ha habido debate en el laboratorio, pero más allá de las estadísticas la reflexión que más nos ha convencido es que si tenemos más de ocho pestañas navegar entre ellas (por mucho espacio que tengamos) empieza a ser un engorro y es complejo localizar la que queremos. En vez de formar grupos de pestañas (cosa que hace IE9 como hacía IE8) hemos experimentado abriendo una ventana por cada grupo de pestañas y hemos encontrado que es más cómodo navegar.
Otra cosa es la saturación de la barra de tareas, pero está visto que el mundo va a ser de las pantallas 16:9 de alta resolución, así que habrá que resignarse. No renunciamos a realizar la sugerencia (que ya realicé en vivo a los responsables de Microsoft) de que exista una versión específicamente diseñada para pantallas de Netbooks. Eso aunque en realidad IE9 es amigo de los netbook, que solamente disponen de 600 puntos en vertical e IE9 les “regala” nada menos que 80 píxeles.
En cualquier caso podemos concluir que el diseño de IE9 beta nos ha parecido muy acertado en todos los sentidos y ha conseguido algo que parecía imposible: innovar respetando a los usuarios. Es decir, cambiar radicalmente el aspecto del interfaz pero teniendo muy en cuenta las opiniones y las costumbres de uso de los que utilizan el navegador. Dejando a un lado las novedades y las prestaciones (los próximos capítulos de este análisis) creemos que solo el aspecto de este Internet Explorer 9 beta merece el cambio.