La Comisión Nacional Francesa de Informática y Libertades, que investiga el caso Street View, ha llegado a la conclusión de que los coches del servicio recogieron datos privados de las redes WiFi abiertas, incluyendo direcciones de correo electrónico y contraseñas. El pasado mes, Google le entregó a dicha comisión los datos que interceptó y que tanta polémica han causado.
Desde la institución francesa apuntan que «aún es demasiado pronto para decir qué va a pasar como resultado de esta investigación», aunque aseguran que pueden ya «confirmar que Google registró contraseñas de correos y extractos del contenido de estos e-mails«. La propia compañía estadounidense admitió haber recogido «inadvertidamente» fragmentos de datos sensibles de redes WiFi de todo el mundo con sus coches.
A pesar de sus declaraciones, se especuló con la posibilidad de que los datos recopilados de redes WiFi de 54 megas fueran algo más que los fragmentos que la compañía reconocía haber recogido. Aunque Francia ha sido el primer país en disponer de los datos, otros países como España o Alemania exigen los mismos.