Desde principios de mayo una treintena de clínicas abortistas y de planificación familiar mantienen un conflicto con Google por la política del buscador de vetar sus anuncios por creer que puede tener problemas legales con ellos. Denuncian que, tras la aprobación de la nueva ley de interrupción del embarazo que entrará en vigor el próximo 3 de julio, ese veto no tiene sentido. El aborto, alegan, no sólo se ha despenalizado sino que se ha convertido en un derecho de la mujer.
Google reconoció entonces llevar a cabo esta política y aseguró en una carta: «El tema del aborto es un tema emotivo, y en Google creemos que no debemos tomar partido. En 2008 se revisó nuestra política de anuncios sobre el aborto con el fin de asegurarnos que era justa, estaba actualizada y en consonancia con las costumbres y prácticas locales donde opera la compañía. Como resultado, se decidió no incluir anuncios de servicios de aborto, como las clínicas de aborto, en algunos mercados entre los que se encuentra España. Sin embargo, y dentro de una visión general, los anuncios sobre el aborto en general son posibles y también es posible que las asociaciones religiosas incluyan anuncios sobre el aborto, de una manera objetiva».
Ahora parece que la compañía de Mountain View está dispuesta a cambiar la controvertida política de una vez y quiere negociar con las clínicas hasta llegar a un acuerdo justo. Francisco Ruiz, director de Políticas Públicas de Google de España, remitió el pasado día 10 una carta a varias clínicas en las que les propone «abrir una fluida vía de comunicación entre ambas partes para solucionar el conflicto«, además les informa de que la compañía ha abierto «un proceso interno para analizar el asunto». Ya veremos a ver como queda este asunto.