La mayoría de quienes descargan contenido ilegal en la red pagaría por ello si existiera un servicio legal y barato. Así lo ha dictaminado una encuesta realizada por news.com.au y CoreData a cerca de 7 mil personas en Australia, que aseguraron que habían realizado descargas de fuentes ilegítimas en los últimos 12 meses.
Los programas de televisión son los que se descargan ilegalmente con más regularidad que las películas o la música, sobre todo porque la gente no tiene que esperar mucho tiempo para que se transmita en televisión y los pueden ver cuando ellos quieran.
La llamada Generación Y, que incluye a las personas nacidas entre 1982 y 1992 mundialmente, estaría dispuesta a pagar más por las descargas legales de programas de televisión y películas que cualquier otro grupo de edad, mientras que las personas entre 31 y 50 son más propensas a pagar mucho dinero por la música.
Los encuestados aseguraron que pagarían alrededor de 1 dólar por cada programa de televisión, 2 dólares por película y medio dólar por cada pista de música. Con estos resultados David Crafti, Presidente del Partido Pirata Australiano, manifestó: «La gente no solo busca el camino fácil, viven en el mundo moderno y esperan que los modelos de negocio se mantengan al día con ellos… Sólo quieren saber que tienen los datos, pueden verlos cuando quieran y en cualquier dispositivo que quieran, sin limitaciones».
Por su parte Neil Gane, Director Ejecutivo del grupo antipiratería AFACT, aseguró que «los precios que los usuarios piensan que son razonables no son realistas para la industria musical y cinematográfica, aunque la industria esta luchando por hacer sus contenidos más accesibles. Esto es algo que los consumidores evidentemente quieren y es algo por lo que las empresas legítimas están luchando… La industria del cine obviamente quiere hacer que sus contenidos estén disponibles online, pero no puede competir con una alternativa gratuita que es perpetrada por el robo. Una vez que haya igualdad de condiciones ustedes comenzarán a ver modelos de negocio mucho más flexibles».