Dolor de espalda y de cabeza, fatiga visual o cansancio crónico o malestar «injustificado» son algunas de las desagradables consecuencias de mantener una mala postura durante muchas horas. Malos hábitos que si no se corrigen pueden ser causa de trastornos más serios.
Por este motivo tanto para los que todavía están trabajando como para los que ya vislumbran la «fatídica» vuelta de sus vacaciones os proponemos la lectura de un completo reportaje con el que adquirir sanos hábitos ergonómicos.
A diario pasamos más de 8 horas sentados en una silla, frente a una pantalla de ordenador. Esta práctica, completamente antinatural para el cuerpo humano, genera anualmente miles de consultas médicas relacionadas con dolores crónicos, malestar general, cansancio, etc. Molestias que pueden ser mitigadas en gran parte, adoptando hábitos saludables que van desde lo más básico como adoptar una buena postura sobre la silla a otros más técnicos como corregir la cantidad y dirección de luz presente en nuestro espacio de trabajo. Se trata en definitiva de incorporar la ergonomía no solo a nuestro puesto de trabajo, sino también al conjunto de nuestra empresa.
Si atendemos a la definición la International Ergonomics Association da de energomía, descubrimos que es «la disciplina que busca que los humanos y la tecnología trabajen en completa armonía, diseñando y manteniendo los productos, puestos de trabajo, tareas, equipos, etc. en acuerdo con las características, necesidades y limitaciones humanas». De esta definición se extrae que si bien la ergonomía no es una ciencia exacta que va a curar todos nuestros males, almenos puede mitigar las consecuencias físicas más desagradables de una semana laboral de 40 horas de sedentarismo y malos hábitos.
Mejorar la postura
Probablemente el primero y uno de los más importantes capítulos que se engloban en esta disciplina sea el de comprender cuál es la postura óptima que debemos de mantener sobre la silla. Para ello, primero identifiquemos los «vicios adquiridos» que, en términos generales, son los siguientes:
1 .Giro innecesario de la cabeza para trabajar con el monitor
2. Falta de apoyo en la espalda.
3. Elevación de los hombros debido al mal ajuste de la altura entre la mesa y el asiento.
4. Falta de apoyo para las muñecas y los antebrazos.
5. Extensión y desviación de la muñeca al teclear.
En la figura se ilustran algunos de los pricipales problemas que podemos tener en un puesto de trabajo en el que no se ha tenido en cuenta ningún principio ergonómico. Si mantuviésemos a diario una posición similar, en pocas semanas tendríamos dolor cervical, los músculos agarrotados en hombros y espalda y probablemente después de un tiempo podríamos llegar a desarrollar el síndrime del túnel carpiano en brazos y muñecas. ¿Quién dijo que estar en una oficina no era una profesión de riesgo?
Trabajo con el ordenador
Aunque la ergonomía trata muchas otras cuestiones, en este especial vamos a centrar nuestra atención a nuestro trabajo con el ordenador, herramienta imprescindible para la inmensa mayoría dee los lectores de nuestra publicación. Cuando trabajamos con un ordenador, tenemos que tener en cuenta las siguientes cuestiones:
Ubicación de la pantalla
1. Si nuestro trabajo consiste básicamente en interactuar con un ordenador, deberemos colocarlo en el centro de la mesa, nunca a un lado de la misma. La mesa debe ser los suficientemente espaciosa para que podamos apoyar otros objetos a ambos lados del monitor.
2. Si nuestro trabajo implica varias tareas además del trabajo con el ordenador (como la gestión de documentos) podemos colocar el monitor a un lado de la mesa, siempre que tenga una base giratoria que no nos obligue a girar el cuello.
3. Si vamos a mantener frecuentes reuniones y encuentros, la mejor opción es disponer de una mesa adicional en la que mantener dichas reuniones.
4. Una vez ubicado el monitor debemos: hacer uso de elementos que reduzcan los reflejos (cortinas, lamas, etc.); retrasar la pantalla hasta que quede a un mínimo de 40 cm de nuestro campo de visión; el borde superior de la pantalla ha de quedar a la altura de los ojos, o algo por debajo; no apoyar la pantalla encima de la CPU, ya que podría quedar muy alta.
Teclado y ratón
1. El teclado no debe quedar nunca en el borde de la mesa: entre el teclado y el borde debe existir una distancia mínima de 10 cm que permita apoyar las muñecas.
2. Si somos zurdos, cambiaremos el ratón de posición, y le indicaremos a nuestro sistema operativo (en panel de control /ratón y teclado) que el comportamiento del ratón deberá adaptarse a un usuario zurdo, por lo que cambiará de orden los botones.
3. Debemos asegurarnos de que disponemos de sitio suficiente para manejar el ratón con comodidad.
Ajuste de la silla de trabajo
1. Echa la espalda hacia atrás hasta que la zona lumbar de la espalda se apoye firmemente en el respaldo.
2. Acerca tu silla a la mesa y ajusta la altura del asiento hasta que los brazos le queden a una altura cómoda para trabajar sobre la mesa (estando los brazos cayendo verticales a los lados del cuerpo la mesa quede a la altura de los codos o algo más alta).
3. Si al ajustar la altura de la silla respecto a la mesa no puedes apoyar los pies firmemente en el suelo, o notas presión del borde delantero del asiento sobre las corvas o los muslos, es recomendable el uso de un reposapiés.
4. La altura del respaldo debe llegar como mínimo hasta la parte media de la espalda(debajo de los omóplatos).
Seguir todos estos pasos y respetarlos a diario, nos asegura que nuestro cuerpo recibe el mejor tratamiento posible mientras «le obligamos» a permancer muchas horas en un mismo espacio. Si además completamos estas recomendaciones con una buena alimentación y ejercicio moderado, no deberíamos de sufrir problemas musculares o articulares.