El servicio que indexa la información contenida dentro de cientos de miles de libros impresos, para poder ofrecer a los usuarios la posibilidad de que encuentren cualquier dato dentro de ellos, está en el punto de mira de los ministros de Industria de la UE, quienes el pasado día 30 de mayo pidieron a la comisión de la Unión Europea que estudie si el proyecto del buscador de Internet Google de crear una biblioteca digital vulnera los derechos de los autores europeos.
Hace escasas semanas que 1.300 personalidades alemanas del mundo de la cultura y de las ciencias firmaron un manifiesto contra el gigante de Internet, asegurando que atenta contra los derechos de la propiedad intelectual. Los signatarios le reprocharon a Google que su buscador permita acceder a libros recientes y otros bienes culturales y que estos puedan ser descargados a través de Internet de forma gratuita, «sin el consentimiento del autor», lo que es, en otras palabras, una forma de pisar «los derechos de la propiedad intelectual». En Europa países como Reino Unido y Francia han expresado también su preocupación.
Las asociaciones de autores y editores estadounidenses ya han denunciado a Google en Estados Unidos a través de una demanda colectiva por vulnerar los derechos de autor. La disputa se resolverá mediante un acuerdo que debe ser aprobado por el tribunal el 7 de octubre de 2009. Según señala el documento: «Las acciones de Google son irreconciliables con los principios de la ley europea de derechos de autor, según la cual el consentimiento del autor debe obtenerse antes de que su obra pueda reproducirse o ponerse a disposición del público en Internet».
Este acuerdo también afectará a los autores y editores de la UE. Quienes quieran evitarlo deberán declarar antes del día 4 de septiembre que se quedan fuera y que se reservan el derecho de emprender sus propias acciones legales contra Google. Por otro lado, la compañía, por medio de un portavoz en Bruselas, ha asegurado que: «Ahora tendremos una oportunidad bienvenida para explicar a la Comisión Europea cómo los autores, editores y Google han acordado avanzar en EE UU».