La popularidad de Facebook le ha hecho convertirse en un gran generador de noticias. Cada vez es más habitual encontrar en los medios de comunicación noticias como: «Localizan a un hombre que se fue sin pagar de un restaurante gracias a Facebook» o «Entregan una notificación de demandan judicial vía Facebook».
Naturalmente, esto tiene sus ventajas y sus inconvenientes. No abundaré en las ventajas de la más popular de las redes sociales, y mucho menos ahora que su fundador, Mark Zuckerberg, acaba de anunciar el ya son 150 millones los usuarios que han abierto una cuenta en su servicio.
No obstante, a medida que esta red social se expande, cada vez son más las pegas y los inconvenientes que surgen; tanto desde el punto de vista de la programación y la funcionalidad de la red y, lo más preocupante, desde el punto de la vista de la política que se aplica en la administración del sitio.
En primer término, ha dejado de ser anecdótico el hecho de que muchos usuarios se preocupan por la privacidad de sus datos. Porque uno de los inconvenientes de Facebook estriba en que no solo son accesibles las fotografías o videos que nosotros publiquemos sino que también están a la vista de toda la comunidad las que publiquen otros usuarios, estemos o no conformes con su contenido.
Además, recientemente dos hechos han empañado la reputación de esta red social. En primer lugar, la inexplicable censura que se ha ejercido desde la administración de esta red social sobre las fotos en las que se mostraba madres amamantando a sus hijos. Facebook ha llegado a considerar estas imágenes como pornográficas, lo cual invita a pensar qué tipo de mente tiene una persona que pueda encontrar en el acto más natural del mundo un elemento sexual o excitante.
Casi paralelamente, ha saltado la noticia de que se están creando grupos de apoyo a los principales mafiosos italianos. Dichos grupos cuentan con un buen número de fans y desde sus foros se lanzan proclamas criminales que, seguramente, se aparecer en un periódico, serían perseguidas judicialmente.
Sin embargo, aquí Facebook no ha querido intervenir, y ha argumentado que no puede vulnerar el derecho a la libre expresión de sus miembros. Quizás, el problema no sea ni de Facebook ni de sus administradores. Quizás, como red social que es, no sea mas que el reflejo de una sociedad (la americana) que tan perplejo deja al mundo con su doble moralidad, su neoconservadurismo y su laissez faire en todo lo relativo a la violencia en medios de comunicación.
