Llevamos años bajándonos música, películas o incluso apuntes desde el emule y es ahora, cuando los Gobiernos y algunas proveedoras de Internet se atemorizan y comienzan a poner trabas a esto de compartir.
Según el Ministro de Cultura español, César Molina, estas redes son un ataque frontal contra la propiedad intelectual tan defendida por la incansable y hasta pesada SGAE y la Agencia de Protección de Datos. Esto es lo más relevante que ha sucedido en España respecto a este tema.
Sin embargo, que en otros países europeos y no europeos las palabras se convierten en contundentes medidas. En Reino Unido, una proveedora de Internet, Virgin Media, ha decidido enviar 800 cartas a sus clientes para advertir del uso de las redes P2P como si fueran perjudiciales para la salud.
En Francia, el asunto ha ido más allá. El gobierno ha presentado un anteproyecto de Ley que prohíbe el uso de estas redes. La radicalidad extrema ha llegado a Canadá donde se multará con más de 60.000 euros a los usuarios de las P2P. La cosa está caliente, caliente.
Pero ahí no queda todo. El Parlamento Europeo también ha tomado cartas en el asunto. Este verano los europarlamentarios tendrán que sacar un rato para pensar si están de acuerdo con prohibir o no compartir datos por estas redes ya que en septiembre tendrán que votar un informe del Comité del Mercado Interno y Protección de Consumidor donde existen varias enmiendas que prohíben el tráfico de archivos por las Peer to Peer.
No sé si estas medidas llegarán tan lejos como los Gobiernos y la UE quieren o simplemente, se quedarán en eso en medidas puesto que prohibir no sirve de mucho cuando los usuarios no pretenden dejar de usar estas redes. ¿Cómo acabará todo esto?