O eso es lo que pretende hacer el Ministro de Industria, Miguel Sebastián, con la presentación de un Real Decreto donde prohibirá que las proveedoras de Internet no ofrezcan, por lo menos, el 80 % de la velocidad ofertada. Una propuesta que debería haberse hecho hace ya mucho tiempo.
Con este Real Decreto de Cartas de Derechos y Obligaciones de los servicios de Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información, el titular de Industria pretende «terminar con la proliferación de ofertas de alta velocidad que no se cumplen».
Las compañías, por su parte, se defienden alegando que las velocidades no se cumplen por motivos técnicos como la saturación de la red o la distancia del ordenador al nodo. Sin embargo, cuando vamos a contratar estos servicios ninguna operadora nos habla de estos problemas técnicos y de la posible repercusión que pueden tener en nuestro conexión. No obstante, si alardean de una velocidad de vértigo para navegar casi a la velocidad de la luz.
De hecho, con la promulgación de esta nuevo Real Decreto los 20 megas deberán ser, al menos, 16 megas reales. Una velocidad que, en la mayoría de las ocasiones, las compañías no tienen los servicios para ofrecerlas. Por ello, las proveedoras de Internet deberán ponerse las pilas y reestructurar sus redes para que la publicidad no vuelva a ser engañosa nunca más. ¿Lo lograrán?