Podemos sacar en claro con respecto a la primer parte de esta serie de artículos especiales que las impresoras láser situadas en la gama básica son una buena opción si sólo necesitamos imprimir en blanco y negro, ¿pero qué ocurre si necesitamos también imprimir en color?
Actualmente la mayoría de las pymes necesitan realizar impresiones tanto en color como en blanco y negro, por lo que éste último tipo de impresión queda reservada a modelos de empresa y tipos de oficinas muy concretos.
Esto quiere decir que la mayoría de las empresas necesitan disponer de ambas opciones de impresión, y que por tanto una impresora a color es la opción más demandada y buscada.
Impresora a color, una inversión a prueba de futuro
Debemos tener presente que la elección de una impresora en blanco y negro entraña un riesgo importante, y es que puede cubrir adecuadamente nuestras necesidades presentes, pero si las mismas cambian a corto o medio plazo no habremos amortizado adecuadamente nuestra inversión, ya que la misma nos limitará y tendremos que comprar una nueva impresora.
Dicho esto hay que considerar y valorar en profundidad si realmente vamos a necesitar imprimir en color, y en caso afirmativo el precio de que tienen las soluciones de gama básica a color láser y de tinta.
Para poder acceder a una láser a color básica pero con un nivel de prestaciones aceptable tendríamos que gastar unos 150 euros, mientras que con 110 euros tendríamos acceso a una solución de tinta superior equipada incluso con WiFi, un tema que ya os adelantamos en el capítulo anterior.
Como vemos en relación precio-prestaciones las impresoras de tinta representan, especialmente en la gama básica y media, un valor mucho más atractivo y apetecible para la pequeña y mediana empresa.
Bien, ¿pero y que ocurre si necesitamos una multifunción de gama básica? Eso lo veremos en la siguiente entrega, junto con un resumen a modo de conclusiones.
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