A la hora de imprimir disponemos de diferentes tipos de papel que podemos utilizar para conseguir objetivos muy diferentes, aunque es importante tener claro qué ventajas y desventajas ofrece cada uno y sobre todo saber cuándo debemos utilizar uno u otro.
En este artículo queremos profundizar en esta cuestión y dejaros una serie de claves que os ayudarán a saber qué papel es mejor para cada trabajo de impresión.
Papel normal
El papel normal o estándar es el que utilizamos en las tareas de impresión habitual. Sirve tanto para sacar documentos internos y externos como para imprimir texto e imágenes.
Su relación calidad-coste es buena, aunque debemos buscar siempre que tenga como mínimo un peso de 80 gramos por metro cuadrado, ya que eso nos asegurará que tiene una consistencia aceptable y que aguantará perfectamente los procesos de impresión sin curvarse ni arrugarse y que aguantará bien la tinta.
Un gramaje muy bajo puede suponer todo lo contrario y darnos problemas graves de impresión, así que cuidado.
Papel reciclado
Es una opción muy útil para reducir costes de impresión, aunque por razones obvias sólo debemos utilizarlo en documentos internos, es decir, aquellos que no vayan a salir del círculo de nuestra pyme.
Antes de comprarlo debemos asegurarnos de que nuestra impresora podrá trabajar con él. Para ello debemos revisar que su gramaje no sea demasiado alto, que su textura sea lisa y que o presenta un acabado irregular para evitar atascos de papel.
Papel fotográfico
Se utiliza para maximizar la calidad de las imágenes y fotos que imprimimos, lo que quiere decir que el papel fotográfico está destinado a un uso muy concreto, aunque debemos tener en cuenta muchas cosas.
Lo primero es que es el tipo de papel más caro de los tres, así que debemos limitar su uso a aquellos casos en los que su uso sea totalmente imprescindible.
En segundo lugar debe contar con una opacidad mínima, no se tiene que poder a través de él ya que de lo contrario la tinta podría atravesarlo.
También debemos valorar si preferimos papel fotográficos mate o satinado (con brillo), y en este caso revisar el nivel brillo que presenta y que en ningún caso debe ser inferior a 90 sobre 100.
Finalmente nos queda el gramaje y el calibre, que indica el ancho del papel. Ambos afectan al peso del papel y en general es mejor optar por papeles de mayor peso para tareas de impresión fotográfica, aunque debemos tener cuidado y elegir uno que sea compatible con nuestra impresora.
Más información: HP.