¿Cómo es pagar con un móvil en España? ¿Están las empresas preparadas? ¿Qué opciones tenemos? En MuyPymes hemos querido probarlo en persona. Para ello nos hemos propuesto un pqueño experimento: durante una semana, intentar pagar únicamente con nuestro teléfono. Eso sí, como sabemos que no todos los comercios van a estar preparados para ello, no vamos a renunciar a nuestra tarjeta de crédito/efectivo para cuando no sea posible pagar con nuestro terminal. Esta ha sido nuestra experiencia.
El terminal
Android. A día de hoy si queremos utilizar nuestro smartphone para pagar en España vamos a necesitar un teléfono Android equipado con NFC.
Lo cual no es un problema si tenemos en cuenta que la cuota de penetración del sistema operativo de Google supera en España el 90% y que la inclusión de NFC ya no es exclusiva de los terminales de alta gama, sino que progresivamente se ha ido incorporando en los últimos meses a gamas medias e incluso bajas.
En el caso de los usuarios de iPhone, los rumores apuntan a que no tardaremos en ver Apple Pay en Europa, aunque de momento no hay ningún comunicado oficial de la compañía que confirme este extremo.
Más complicado lo tienen los usuarios de Windows Phone y BlackBerry, ya que aunque disponen de conectividad NFC que podrían utilizar para realizar pagos, de momento no tienen ninguna App adaptada a nuestro mercado con la que poder hacerlo. Se habla eso sí de que Microsoft podría debutar con su propia solución en Windows 10, aunque de momento tampoco hay nada confirmado.
En mi caso, hago la prueba con el Huawei Ascend Mate 7, el smartphone que estoy utilizando durante las últimas semanas.
La App
Google ofrece a sus usuarios de Estados Unidos Google Wallet como app con la que realizar pagos en todo tipo de comercios. En España Google Wallet no está y al parecer tampoco se le espera, por lo que si queremos pagar con nuestro smartphone deberemos instalar una app que nos permita hacerlo.
Y aquí se nos abre un abanico de posibilidades. Si somos clientes del BBVA, de Bankinter o La Caixa, podremos descargar su app oficial para realizar pagos contactless. También podremos hacerlo si somos usarios de Vodafone, si bien en este caso, además de la App deberemos pedir una SIM especial.
Aunque la posibilidad de decantarnos por una de ellas me resulta atractiva, mi intención es la de encontrar una App que sea lo más «universal» posible, sin necesidad de estar ligado a una entidad financiera determinada o a una compañía telefónica.
Y aquí, hay que admitir que no son muchas las posibilidades. Tras buscar en Internet y en Google Play, la opción de MyMoid se presenta como la más atractiva, así que decido darle una oportunidad.
El proceso de registro es sencillo. Aporto mis datos y los datos de la tarjeta que vinculo a la cuenta. Para confirmar que los datos que he introducido son correctos, MyMoid me avisa que va a hacer dos pequeños cargos a mi cuenta (de unos 15 céntimos) que más tarde me devolverá.
Una vez que la App está completamente configurada (lleva un tiempecito), me dispongo a salir de casa y hacer mi primera compra.
¿Dónde puedo pagar?
La primera duda es esa. ¿Puedo pagar en un bar? ¿Puedo utilizar mi smartphone para pagar en Zara, Mercadona o en un McDonalds? Teóricamente sí, pero pronto descubro que no hay una forma sencilla de saberlo.
Me explico. Para poder pagar con un smartphone no basta que disponer de un móvil preparado para ello y la App adecuada, sino que también es necesario que el comercio disponga de un TPV preparado para admitir pagos NFC.
Y el problema no es que los comercios no tengan estos terminales (como comprobaré más adelante, la mayoría de los comercios en Madrid lo tienen), sino que es difícil saberlo porque no lo anuncian. De la misma forma que en la puerta del establecimiento afirman que admiten el pago con Visa, podría ser una buena idea incluir una pegatina que indicara que admite el pago móvil.
Así que de momento dos son las cosas: o preguntamos si admiten pago móvil o echamos un vistazo al TPV antes de pagar. Al preguntar, las respuestas que he obtenido, como os podéis imaginar, han sido de lo más variadas. Desde personas que me han dicho de primeras que sí, a otras que no lo sabían, e incluso un tercer grupo que directamente no sabía de lo que le estaba hablando.
Al final y tras un ejercicio de prueba y error descubrí que lo más sencillo es fijarse en el TPV. Si tiene una pegatina con tres ondas, quiere decir que está preparado para poder procesar este tipo de pagos y que teóricamente debería funcionar. Y digo teóricamente, porque como descubriré después, algunos de estos terminales no tienen la funcionalidad NFC activada.
La experiencia de pagar
Así que ya tengo el teléfono, la App y me he asegurado que el comercio está preparado para poder pagar. ¿Cómo es el proceso de hacerlo?
En estos momentos es muy parecido al de utilizar una tarjeta de crédito. Me descubro acercando el teléfono al TPV y en unos segundos la pantalla me informa de lo que tengo que pagar. A partir de ahí introduzco el PIN y listo. Pago completado.
Esto cuando todo va bien. A veces el teléfono tarda un poco más de lo necesario en emparejarse con el TPV y en ocasiones el comercio descubre que no tiene la funcionalidad activada, con lo cual el proceso de hace un poco lento. Pero cuando todo funciona bien, lo hace a las mil maravillas.
Las ventajas
Además que suelo tener el móvil mucho más a mano que la tarjeta de crédito, la principal ventaja que he encontrado es el poder realizar un seguimiento mucho más preciso de lo que gasto y dónde lo hago.
El pagar un café o una revista con el móvil parece más natural que hacerlo con una tarjeta, por mucho que básicamente sea lo mismo. Por otro lado al ser algo relativamente nuevo, siempre es curioso ver la reacción del otro lado cuando te descubren intentando pagar con el móvil, entre sorprendida y fascinada. En la mayoría de los casos se genera un diálogo interesante y una conexión más personal que cuando pago con una tarjeta o con efectivo.
Me imagino que esta situación se mantendrá durante un tiempo, hasta que los pagos móviles sean tan populares que se vuelvan invisibles tanto para el que paga, como para el que recibe el pago.
Y los inconvenientes
El principal inconveniente que ahora mismo tienen los pagos móviles, no es tanto que de vez en cuando surjan problemas técnicos sino que de momento, no nos libra de la necesidad de llevar con nosotros una tarjeta de crédito/débito o dinero en efectivo.
En España todavía quedan muchos, muchísimos comercios que todavía no admiten no digo ya pagos móviles, sino pagos con tarjetas. Los «sólo se admite el pago en efectivo» es un habitual en muchos bares, tiendas de barrio, quioscos de prensa, etc.
Y ss verdad que esto está cambiando y comercios que hasta hace unos meses no disponían de TPV lo están incorporando, pero queda trabajo por hacer.
¿Otros inconvenientes? Aunque personalmente no me ha afectado, tal vez una mayor dependencia, si cabe, de nuestro teléfono móvil. Si el móvil no es ya sólo nuestro ordenador más personal y nuestro hub de comunicación con el mundo, sino también nuestra principal forma de pago, no quiero imaginar lo que puede suponer para muchas personas el perderlo o que se lo roben.
La buena noticia es que desde el punto de vista de los pagos, es más seguro que una tarjeta de crédito. Incluso si nos lo roban, el ladrón debería conocer también el PIN que utilizamos para realizar los pagos. Y si queremos aún más seguridad, podemos incluir un PIN distinto de acceso a la App. Además, a diferencia de lo que ocurre con una tarjeta, ni pueden aprovechar nuestro smartphone para sacar dinero de un cajero ni utilizar los datos de nuestra tarjeta para realizar compras on-line.
Conclusiones
Después de pasar una semana haciendo lo posible por pagar con mi móvil, la principal conclusión es que el fenómeno todavía está un poco verde, pero que a la vez, se está avanzando a gran velocidad.
A diferencia de lo que ocurría hace sólo un año, no es raro encontrar comercios que saben perfectamente lo que son los pagos móviles y cómo funcionan. Si además acaba por llegar Apple Pay a España, es fácil suponer que como ha ocurrido en Estados Unidos, los pagos móviles ganen un plus de popularidad.
Hace falta eso sí, una buena dosis de pedagogía. No es fácil explicar por qué en vez de con su tarjeta de crédito, el consumidor debería de utilizar un teléfono móvil. Sobre todo cuando el proceso mismo del pago es tan similar.
Y sin embargo estoy convencido de que los pagos móviles están aquí para quedarse. Una vez que lo pruebas, quieres repetir.