El Cloud Computing se ha convertido en un mantra que suena cada vez con más fuerza en los departamentos de TI de las empresas. Pero cuando una organización considera dar el salto y contratar un servicio Cloud en el que alojarse y gestionar sus aplicaciones, ¿qué es lo que realmente necesita?, ¿qué debería incluir para que ofrezca garantías de calidad y seguridad?
En primer lugar, la empresa debería ser consciente de que existen distintos tipos de Cloud. Si hablamos únicamente de una aplicación que se le ofrece a la empresa como servicio, estamos refiriéndonos al Software as a Service (SaaS) y es donde se engloban aplicaciones como Microsoft Office 365 o Google Apps. Si la empresa necesita en cambio una plataforma desde la que desarrollar y gestionar sus propias aplicaciones, entraremos en el terreno de PaaS (Platform as a Service), donde destacan Amazon y sus Web Services, Windows Azure o Google Cloud Platform.
Finalmente, las empresas que necesitan tener una infraestructura Cloud en la que no sólo desarrollar sus aplicaciones, sino que también actúe como servicio de aprovisonamiento de TI (virtualización, Cloud Hosting, políticas BYOD y de seguridad, streaming de vídeo, etc.), optan por Infrastructure as a Service (IaaS), terreno en el que encontramos la oferta de distintos proveedores de servicios de hosting y soluciones Cloud dedicadas, como puede ser Arsys y su Cloudbuilder.
Es precisamente en la infrastructura como servicio donde la empresa tiene que ser especialmente precavida a la hora de valorar qué es lo que incluye la oferta que está considerando contratar, toda vez que tanto en SaaS como en PaaS hablamos en la inmensa mayoría de las ocasiones de un Cloud público, estandarizado y soportado por el músculo financiero de empresas como Google o Microsoft.
Así pues, ¿qué debería incluir una buena oferta de IaaS? Partiendo de la base de que nuestro proveedor aporta los mejores recursos técnicos desde el punto de vista del hardware (servidores, firewall, balanceadores, etc.) debemos considerar los siguientes aspectos.
Elasticidad
Una de las características más interesantes de los servicios Cloud es que crecen (o decrecen) a la medida que lo hacen nuestros proyectos, pudiendo ampliar los recursos que necesitamos con un clic. En este sentido, si nuestra previsión es crecer, deberemos considerar no tanto la instalación base, sino lo que nos va a costar la ampliación.
Seguridad
Una de las principales preocupaciones que tienen las empresas que dan el salto a la nube es acerca de la seguridad, la privacidad y la accesibilidad de sus datos. ¿Qué medidas de seguridad aplica tu proveedor? ¿Qué tipo de Firewall está ofreciendo? ¿Cómo es su política de copias de seguridad? ¿De qué forma se gestiona la información? ¿Se está cumpliendo con la LOPD? ¿En qué lugar se encuentran físicamente los servidores y cuál es la legislación vigente que se les aplica en caso de que no estén en España?
Control y gestión
Otro de los aspectos clave a la hora de contratar un servicio Cloud es el poder contar con las mejores herramientas de gestión y administración del sistema, tanto si queremos una gestión dedicada del mismo como si buscamos que sea nuestro proveedor el que realice dicha gestión.
Y aquí está uno de los grandes obstáculos que encuentran muchas empresas que dan el salto a la nube. ¿Qué tipo de soporte técnico les van a proporcionar? Dependiendo del proyecto que se quiera poner en marcha, no es lo mismo un IaaS cuyo objetivo sea el Cloud Hosting que otro en el que queramos, por ejemplo, contar con una infraestructura de Big Data basada en Hadoop y otras herramientas de software libre.
¿Cuáles son entonces nuestras auténticas necesidades como empresa? ¿Y qué herramientas/ servicio nos proporciona el proveedor para satisfacerlas?
Ahorro de costes
Finalmente, deberemos considerar el ahorro de costes que supone el apostar por una infraestructura Cloud. Puede que en función de nuestro proyecto, el Cloud no sea realmente lo que necesitamos (si no buscamos una alta disponibilidad, por ejemplo) y deberemos considerar qué supone económicamente para nuestra empresa la transición hacia la nube.
En este sentido, muchos proveedores suelen aconsejar a las empresas que presentan migraciones complejas o que quieran contener costes al máximo, que empiecen apostando por proyectos de Cloud híbrida, pasando a un IaaS en un segundo momento que, incluso, puede no llegar a producirse.
Teniendo en cuenta todos estos factores, dispondremos en nuestra mano de la información que necesitamos para decidir cuál es el proveedor que mejor se ajusta a nuestras necesidades. En muchos casos, un servicio como Arsys Cloudbuilder puede ser la respuesta.
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